Fuego amigo

La independencia de Kosovo entra en campaña

La independencia de Kosovo ha entrado en la campaña electoral española por la puerta de atrás. Es uno de esos conflictos que la gente presupone muy alejados de su vida diaria pero que, como en el caso de las hipotecas basura de estados Unidos, las subprime, acaba afectando al bolsillo y a la vida de medio mundo.

Las fuerzas políticas españolas, en plena confrontación electoral, han pasado sus declaraciones sobre la secesión de Kosovo por el tamiz de sus agendas. La sombra de Euskadi planea sobre todas ellas. El PP exige al gobierno que se oponga en los foros internacionales, porque presupone que se empieza entregando Kosovo y se termina dando pie a la declaración de independencia por parte de gobierno de Ibarretxe. Nada nuevo bajo el sol para el partido españolista.

El PSOE... nadie sabe qué piensa en realidad el PSOE. Oficialmente, por boca de Moratinos ya ha dicho que se opone, como si en verdad por fin algo uniera a ambos partidos mayoritarios. Pero no sabemos cuál sería "en tiempos de paz" la opinión de un partido, como el PSOE, que ha defendido secularmente el derecho a la libertad de los pueblos, de no ser por la existencia del conflicto vasco; más aún, por historia, su opinión sería bien distinta si no existiese una oposición como la del PP que le crucificaría de aquí al 9 de marzo ante la menor ambigüedad.

Es cierto que para gobernar hay que dejarse muchos pelos en la gatera. Detrás de cada fortuna, dicen, hay un cadáver. Para alcanzar el poder, y mantenerlo, hay que convertir en cadáveres muchos principios. Y más, si cabe, en las relaciones internacionales. Sin ir más lejos, muchos nos preguntamos dónde está enterrado el principio de autodeterminación del pueblo saharaui tan ardorosamente defendido por el PSOE en la oposición, por no hablar del cadáver de "OTAN no".

Claro que, para ambigüedad, también la de Izquierda Unida que no dice ni que sí ni que no, porque "éste no parece el momento adecuado", aunque no se sabe muy bien si se refieren a que lo que no es adecuado es el momento de la independencia o el momento de contarlo a sus votantes.

Para los partidos nacionalistas ha sido un regalo, por mucho que la vida de los habitantes de Kosovo y la de los vascos se parezca lo que un huevo a una castaña. Para el PNV no cabe la menor duda. Y lo mismo para CiU, aunque con los matices europeístas de los catalanes. Y no digamos nada para ERC. Izquierda y derecha nacionalistas se tocan y bailan agarrados.

El caso es que Kosovo es una mecha encendida. Serbia amenaza con tomarse la revancha, y ya su parlamento acaba de anular la declaración de independencia de su provincia. Es una nación herida en su orgullo que ya ha dado muestras de lo que es capaz el lado salvaje de los ultra nacionalismos. Y por no faltar, atención, no faltan ni la Iglesia Ortodoxa pro serbia (ha pedido poner al país en estado de guerra para recuperar Kosovo), ni la Conferencia Islámica pro kosovar. Ya sabemos cómo se enquistan los conflictos cuando los dioses y los farsantes que administran su industria toman partido.

Para abundar en el disparate, las fuerzas de pacificación de la ONU, entre las que se encuentran efectivos españoles, nunca han sido tan necesarias para impedir que comience allí un conflicto mundial, aunque ahora se queden tan solo para defender una legalidad que ya no existe de hecho: la unión de Serbia y Kosovo. ¿Se va a quedar la ONU de policía permanente?

Y allá, a lo lejos, dos genios de la diplomacia, Bush y Putin, toman posiciones en cada una de las trincheras. Que sus dioses nos cojan confesados.

¿Y todo para qué? La nueva nación recién alumbrada siente en verdad la secesión como una liberación, como pueblo oprimido. Pero Europa parió un ratón, empobrecido, con una economía en bancarrota, con una tasa de paro que para sí la quisiera Rajoy en campaña electoral, con uno de los índices de corrupción mayores del planeta. Una nueva nación que tendrá que vivir durante mucho tiempo de la caridad internacional. Libre, pero mendicante y permanentemente amenazada.

Completa el cuadro una asamblea de Naciones Unidas que parece dispuesta, con apenas la oposición de Rusia, a dar por buena la independencia de un país basada exclusivamente en motivos étnicos. Es decir, lo que cualquier fascismo del siglo XX estaría dispuesto a firmar con mucho gusto.

En fin, todo muy sencillito.
----------------------------------------------------------------------------------
Por si era poca ración, otra meditación para hoy:
Es sabido que a los mítines políticos se acude con el alma en blanco, como la de los niños, con la conciencia crítica aparcada en la calle. Son más celebraciones que encuentros de meditación. Las campañas políticas son sobre todo fiesta y espectáculo, y los espectadores de los mítines van a ver la actuación de sus actores favoritos, entregados, dispuestos a reírles cualquier ocurrencia. Por fortuna, la naturaleza política es así de sabia, de lo contrario asistiríamos al suicidio masivo de nuestras neuronas: gracias a ese mecanismo milagroso puedes morirte de risa con unos versos de doña Cuaresma Aguirre sobre Zapatero que sin duda harían que te murieses de vergüenza al escucharlos fuera del contexto de la juerga electoral. Ellos manejan muy bien los entresijos del circo. El diputado del PP Martínez Pujalte lidera, por ejemplo, la troupe de los pujaltitos, un famoso grupo de payasos que en el Congreso ríe de manera estentórea las gracias de su jefe, con palmadas, patadas y grandes risotadas de taberna. Ahora, Rajoy se pone al día en las técnicas del circo, y comienza sus mítines siempre con una pregunta, con una versión modernizada del ¿Cómo están ustedes? de los payasos de la tele.
Para morirse de risa y de vergüenza. A elegir. Depende de si estás dentro o de si estás fuera.
-----------------------------------------------------------------------------------
Y otra más: Ya son dos representantes del Partido Popular las agredidas verbalmente en el lapso de pocos días, primero María San Gil y ayer Dolors Nadal, cuando intentaban ejercer su derecho a exponer públicamente sus argumentos políticos. Esos matones que las amenazaban encierran en sus cabezas todo cuanto aborrezco. Matones estúpidos que, además, convierten en mártires a sus adversarios. Claro que antes de que cantara el gallo por tercera vez, Ángel Acebes con la elegancia que le caracteriza, explicaba que la culpa de todo ello la tiene Zapatero. Aunque, de todas formas, este pobre chico ya no hace daño, afortunadamente.

Más Noticias