La trama mediática

La conferencia 'de ETA'

Noticia de alcance: ETA aparca la línea de negocio de las pistolas y las bombas y se pasa a la organización de eventos. "El PSOE acudirá a la conferencia internacional montada por ETA", cacarea El Mundo en primera. La Razón suma y sigue: "Jáuregui dio el visto bueno al PSE para ir a la 'Conferencia de paz' de ETA". La Gaceta versionea evitando nombrar: "El PSE se presta a la farsa urdida por los mediadores de Currin y Batasuna".

Montado el tinglado enunciativo, aparecen los interpretadores de la jugada. Dejen a paso a Hermann Tertsch, que su columna de ABC mancha y quema: "El único mensaje que emerge ya de esta olla podrida es que ETA tenía razón. Sólo tenía que matar y aguantar. Hasta que llegara en España el débil propicio, el oportunista sin patria, el traidor necesario". Una menudencia al lado de lo que avienta Guillermo Dupuy en Libertad Digital: "Por explosivas que sean las esperanzas que los socialistas están dando nuevamente a ETA, no serán ellos los que sufrirán, ni política ni personalmente, las consecuencias de no terminar de satisfacerlas". ¿No sufrirán personalmente?

Como resumen y corolorario, Alfonso Ussía desentierra del baúl de los recuerdos su teorema favorito: "El problema vasco, como muchos lo denominan, es un problema de educación. De buena y mala educación. Los que gritan y los que callan. Los que insultan y los que son insultados. Y ya, en la cúspide de la grosería separatista, los que asesinan y los que son asesinados. Todo principió en las ikastolas y los libros de texto".

Aguirre y abre España

De la hiel a la miel, vertida toda sobre la invicta lideresa, cuya ley de comercio la hace acreedora de un Nobel, cuatro Oscars y ocho Goyas, según se emociona Federico Jiménez Losantos en El Mundo: "La de Aguirre es seguramente la iniciativa política y económica liberal más importante desde que Cánovas se declaró proteccionista, allá por 1898, y no faltarán ahora enemigos del comercio e ideólogos liberticidas que glosarán las delicias medievales de la miseria y lo atroz de la prosperidad". Y remata: "Sin ley no hay propiedad, ni comercio, ni libertad individual. O, sea, civilización".

Esperanza, espejo de España, soflama el editorialista de Libertad Digital: "El resto de los Ejecutivos autonómicos debe tomar ejemplo de Aguirre, si es que quieren que sus regiones sean, como Madrid, cada día más libres y más prósperas".

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