Meir Dagan dejó a principios de año la jefatura del Mosad, los servicios secretos israelíes para el exterior, y este fin de semana ha hecho sus primeras declaraciones como hombre corriente, y no como director del Mosad y ex militar de carrera, en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Y Dagan ha dicho justamente lo contrario de lo que ha estado diciendo durante los últimos ocho años. Ha dicho: "Atacar a Irán es la idea más estúpida que he oído y no comporta ninguna ventaja".

Tiene gracia que después de haberse pasado ocho años diciendo e insinuando justamente lo contrario, del derecho y del revés, a todas horas del día, ahora diga exactamente lo opuesto. Como era de esperar, sus palabras no han agradado a las autoridades israelíes, las mismas que le han estado pinchando durante ocho años para que dijera una cosa en la que no creía. Para Israel, al menos en cuanto tiene que ver con los medios de comunicación, Irán es el gran enemigo y no hay alocución pública que se precie, ya sea del presidente Peres, del primer ministro Netanyahu o de los restantes dirigentes israelíes, que no contenga una diabriba antiiraní. Meir Dagan, que ha formado parte de este equipo durante años, ahora dice que lo que ha estado diciendo es una "estupidez".

También es gracioso que otros dos ex jefes del Mosad, Danny Yatom y Efraim Halevi, hayan dicho que están de acuerdo con Dagan y hasta que ellos también se han opuesto a un ataque contra la República islámica.

Sin embargo, ha habido opiniones contrarias. El inefable Ehud Barak, por ejemplo, desde su atalaya de ministro de Defensa, ha dicho que Dagan "no debería haber compartido esta opinión con el público en general", dando a entender que al "público en general" se le debe engañar.