El informativo del Canal 2 de la televisión, el más visto en Israel, pasó ayer una preocupante crónica sobre Ron Paul, un republicano de 76 años que aspira a ser el candidato de su partido en las elecciones de noviembre. Paul es un "libertario" que entre otras cosas defiende la salida de Estados Unidos de la OTAN y las Naciones Unidas, y la supresión de la ayuda económica al exterior, y esto incluye la eliminación de la ayuda a Israel.

Las posibilidades de que Paul gane las primarias son muy escasas. Sin embargo, su mera presencia en la competición y el apoyo que está recibiendo de amplios sectores conservadores y reaccionarios, ha encendido las luces de alarma en Israel. Mi opinión es que los israelíes no deberían preocuparse tanto. Algo parecido ocurrió hace cuatro años con Obama y ya vemos que el león no es tan fiero como lo pintaban algunos israelíes y algunos judíos norteamericanos.

El estadounidense Abraham Foxman, que preside la controvertida Liga Antidifamación, ha dicho que hay muchos "extremistas" que apoyan a Paul porque legitima posiciones "antiisraelíes y a veces también antisemitas". Recientemente, Paul dio a entender que Estados Unidos no debe encargsrse de la defensa de Israel puesto que este país cuenta con entre 200 y 300 cabezas nucleares y es capaz de defenderse solo.

Entre las posiciones que Paul ha adoptado figuran la de oponerse a la guerra de Iraq, siendo el único candidato republicano que lo hizo, y la de defender la neutralidad de Estados Unidos durante la última guerra entre Israel y Hizbola. También es partidario de reducir la presencia militar de Estados Unidos en el mundo y devolver a los soldados americanos a Estados Unidos. En cuanto a Oriente Próximo, Paul piensa que hay que reducir la injerencia de Estados Unidos puesto que de otra manera su país se expone a ataques islamistas.