Balagán

Reocupar Gaza

Comentábamos en la anterior entrada que un general israelí dijo la semana pasada al diario Israel ha-yom que era preciso volver a ocupar militarmente la franja de Gaza, un asunto al que en Israel se vuelve una y otra vez últimamente.

Pues bien, ayer fue el ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, quien se expresó en el mismo sentido.

Lieberman, que reside en una colonia judía de la Cisjordania ocupada, es un radical de cuidado pero en absoluto desentona de sus colegas en el gobierno que lidera Binyamin Netanyahu.

Sus palabras llegan en respuesta al lanzamiento de cohetes contra las localidades israelíes cercanas a Gaza, que a su vez es respuesta a los desmanes y ataques del ejército en Cisjordania y Gaza, que a su vez es respuesta a la captura de tres jóvenes colonos judíos, que a su vez es respuesta a la ocupación militar y la expansión israelí en Cisjordania, así como a la detención de más de 6.000 palestinos, etcétera.

"Tenemos que decidir si vamos a elegir la alternativa (a los cohetes), que es la completa ocupación de la franja... la alternativa es clara", ha dicho Lieberman a la radio militar.

Pero en realidad esa alternativa no es razonable puesto que implicaría el envío de millares o decenas de millares de soldados, es decir que devolvería Gaza a la situación en que estaba hace nueve años. Y una ocupación permanente causaría probablemente un goteo constante de soldados muertos, de manera que el desgaste de Netanyahu sería enorme.

Además, probablemente la reocupación de Gaza no acabaría con el lanzamiento de cohetes, puesto que hay que recordar que las milicias ya los lanzaban cuando las tropas israelíes estaban dentro.

Israel no abandonó Gaza por un anhelo de paz sino justamente para evitar el goteo de muertos entre soldados y colonos (como ocurrió cinco años antes en el sur de Líbano), además de la destrucción de su material militar, incluidos tanques Merkava.

Por el contrario, en la actualidad Israel no se retira de Cisjordania porque Cisjordania es una balsa de aceite bajo la batuta del presidente Mahmud Abás, donde Israel con toda tranquilidad sigue expandiendo las colonias sin la menor resistencia.

Si descartamos la reocupación de Gaza, la verdadera alternativa que tiene Netanyahu es realizar una incursión de gran envergadura hasta conseguir otro tácito alto el fuego con Hamas que dure algunos meses o algunos años. Y es eso es lo que realmente debe decidir el gobierno israelí si le conviene.

En cualquier caso todo esto son movimientos de distracción. Lo realmente importante es que ayer el gabinete israelí aprobó otro presupuesto de casi cien millones de dólares para intensificar el proceso de judaización de la Jerusalén palestina, mientras la comunidad internacional y Abás siguen con los brazos cruzados.

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