Cartas de los lectores

22 de junio

Hacia una sociedad de la ética y la solidaridad
Detrás de cada uno de los ciudadanos anónimos que nos estamos manifestando, hay un ser individual, votante, trabajador, familiar, solidario, contribuyente y muchas cosas más. En él están condensadas todas las posibilidades que tiene una persona y es capaz de comprender y de emitir juicios sobre lo que ocurre a su alrededor. Por eso, lo que hace cuando se manifiesta es sumarse con entusiasmo a una marea con la que se siente identificado.
He dicho que era, entre otras cosas, votante. Colaboro como un ciudadano responsable para mantener la farsa de democracia que nos plantea el poder multiforme y ahora lo lícito es que se haga eco de las legítimas exigencias: que no sea cínico ni hipócrita, que no manipule la realidad, que no mire para otro lado, que no sea absurdo, simplista, que no descalifique.
Vamos a una sociedad donde gobernarán la ética y la solidaridad.
Mikel Mendoza / Navarra

Somos personas que luchan
por construir un mundo mejor
Tengo dos carreras, un doctorado, no soy violento ni perroflauta ni batasuno, ni vengo de parte de nadie, ni tampoco soy un sedicioso que esté urdiendo un golpe de Estado contra la democracia y, lo que es más importante, mi perfil se repite en miles y miles de personas en todo el país y en buena parte de Europa y del mundo.
Sólo somos gente luchando por construir un mundo mejor, por evitar los abusos de los grupos de poder que destruyen la posibilidad de desarrollo de la ciudadanía. No representamos las siglas de nadie, aunque haya un ciego empeño en etiquetarnos; utilizamos los modos cívicos y democráticos para perseguir nuestros fines, aunque hayan ocurrido incidentes que traten de desbaratar nuestro modus operandi.
Estamos cansados de que la prensa más tradicionalista nos tilde con toda clase de descalificativos, máxime cuando toda ella ha maltratado a todos los que no comulgan con sus estrictas doctrinas. Creo que en ningún momento hemos sido exclusivistas, por lo que no nos oponemos a ningún sector de la sociedad y somos dialogantes con todos las ideologías existentes. Renunciamos a la violencia y buscamos las vías para que cualquier persona sepa que puede aportar su labor para conseguir un mundo mejor.
En la medida de lo posible seguiremos luchando, puesto que no somos unos oportunistas que busquen un fin mediático para luego desaparecer de la actualidad.
Jano Alonso

Las páginas perdidas
del programa electoral de CiU
Muy quisquillosos se ponen los políticos con las manifestaciones del Movimiento 15-M que, según ellos, no respetan la voluntad de los ciudadanos expresada en las urnas. ¿Es que acaso ellos sí las respetan? ¿Acaso llevaba CiU en su programa electoral los recortes furibundos a la sanidad y los servicios sociales que está aplicando?

En un clima general de incumplimientos, ¿pueden atreverse a censurar a unos ciudadanos que, hartos de tanto despropósito, les plantan cara a las instituciones y hacen oír su descontento?
Mejor harían en reflexionar y en ponerse flamencos con las instituciones financieras y con las directrices de la UE que los instigan a someter con el látigo de los recortes a una ciudadanía ya demasiado golpeada y castigada. ¿Es este el modelo que nos promete la derecha para salir de la crisis?
Luis Ruiz Erro
Cantabria

La deuda madrileña versus
la realidad ‘fashion’ de Gallardón
El Ayuntamiento de Madrid tiene una deuda de más de 7.000 millones de euros, casi la misma que todas las capitales de provincia juntas (8.330 millones). ¿Dónde ha ido este dinero? Los servicios públicos son cada vez más caros y se puede ver el abandono de cientos de calles que hoy generan miles de contusionados, un dato no anexado al debe del faraón de la pasarela madrileña.
Pero hay más en esta contradictoria realidad fashion, puesto que no hay reparos en gastos superfluos. Ahí están los cientos de millones gastados en su capricho olímpico y, ahora, con la próxima inauguración del "paseo de la fama". Y para cuadrar un poco estas escandalosas cifras, qué mejor que despacharse a unos cuantos funcionarios y vender el patrimonio, ¿no? Quizás pronto veremos su esfinge allí donde Cibeles soporta todos los días los desplantes y la burla de quienes hoy se autodenominan los "representantes del pueblo madrileño".
Luis Enrique Dorado
Madrid

El Guadalquivir
no es un río andaluz
El problema de querer que el Guadalquivir sea un río es que ya no es un río. Si atendemos al presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, el Guadalquivir se ha convertido, por el abuso del regadío, en un canal de riego que lleva más agua en verano que en invierno. El Ministerio de Medio Ambiente, en su borrador del nuevo Plan Hidrológico, define a nuestro pretendido río como "masa de agua muy modificada". La pesca desapareció hace tiempo y la contaminación campa a sus anchas a pesar de que pagamos a precio de oro las depuradoras tan privadamente gestionadas. Llegado el caso, la reclamación estatutaria andaluza se reduce a las competencias de un simple canal de riego, amenazado por un dragado radical para que sea ruta de entrada de barcos de gran calado y con la vieja reclamación de la construcción de una presa cercana al Coto de Doñana para aumentar la capacidad de riego. Y eso se lo hacemos a un emblema cultural por el que nos partimos el pecho, qué no haremos a los acuíferos. Ojos que no ven...
Emilio Iglesias Delgado
Sevilla

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