Hacia el Estado laico
Hace unos meses, el Papa Benedicto XVI, en su viaje oficial a Francia, nos sorprendió al elogiar las virtudes del Estado laico "moderno" que ese país representaba como ejemplo de libertad e igualdad entre las diferentes religiones.
Por el contrario, días atrás nos enteramos de que la Conferencia Episcopal española, con los señores Rouco y Cañizares a la cabeza, ha convocado otra gran manifestación el 28 de diciembre en defensa de la familia cristiana y en contra de las políticas del Gobierno, sobre todo por las posibles reformas de leyes como la del aborto. Y todo ello pese a que en la última reunión mantenida con el Papa en el Vaticano (hace unas semanas) este les recomendó que la Iglesia española no se inmiscuyera en las políticas del Gobierno.
Y los ciudadanos nos preguntamos por qué todas estas movilizaciones, toda esta beligerancia de la Iglesia contra el Gobierno. Pues simple y llanamente, porque no quieren perder los privilegios que siempre han tenido y no quieren ver disminuido su poder de influir y mediatizar en las políticas del Estado.
Por una parte, le piden al Gobierno que sea de todos y para todos, pero en materia religiosa se le exige que gobierne únicamente para y por la Iglesia católica. Esta institución nos presenta al Gobierno como anticlerical y a la libertad religiosa como un intento de persecución del Ejecutivo contra la Iglesia, que utiliza el término laico como algo tenebroso, anticristiano y persecutorio. Esto no es así.
Jesús Molíns / Zaragoza

Más sobre la cúpula de Barceló
Como ex funcionario de Naciones Unidas que trabajó en el Palacio de la ONU en Ginebra durante cerca de 15 años, conozco bien la entonces desan-
gelada Sala XX, cuya cúpula pintó recientemente Barceló, y que ha sido motivo de airadas y erróneas acusaciones por parte del Partido Popular.
La donación del Gobierno español cumple cabalmente los estrictos criterios exigidos por la (OCDE) para calificarla como ayuda al desarrollo, ya que se trata de una contribución a un organismo internacional no financiero.
La cantidad invertida por el Gobierno es absolutamente ridícula a la vista de los efectos extraordinariamente favorables que originará la famosa cúpula para España. Hoy día, gracias a la cúpula, la XX es la sala más espectacular del Palacio de las Naciones.
Además, allí tendrán lugar cientos de sesiones en las que los delegados de numerosos países podrán apreciar la asombrosa bóveda, sin olvidar que será visitada por las decenas de miles de turistas que acuden anualmente al Palacio de las Naciones. ¿Qué mejor imagen puede dar nuestro país ?

La Ciudad de la Justicia
La construcción de este proyecto iniciado en Valdebebas es un atentado contra los principios de complejidad y mezcla de usos que deben presidir la ciudad sostenible, según se puede leer en todos los documentos sobre política urbana de la Unión Europea desde hace al menos dos décadas.
La Comunidad de Madrid sigue los pasos de la gran empresa privada u ola privatizadora: deserta del centro de las ciudades –lugar de máxima eficacia de los sistemas de transporte públicos–, vende sus inmuebles en operaciones de marcado corte especulativo y se desplaza a la periferia, donde el suelo es más barato. La CAM justifica tal comportamiento mediante el imperativo de la optimización de la eficacia empresarial (concentración de edificios, servicios y personal).
Resulta curiosa tal argumentación en la época de la telemática y de la especialización de las diferentes líneas de negocio, ahora que las grandes firmas industriales se aprovechan de las ventajas de la subcontratación, la externalización –outsourcing– y la fragmentación espacial a nivel planetario de sus centros de suministro, producción, montaje y distribución.
Es de todos conocido el excelente negocio que ha supuesto para el grupo BSCH la venta de su patrimonio inmobiliario en los mejores emplazamientos del centro de Madrid y su éxodo a terrenos recalificados de forma poco transparente en Boadilla del Monte. Instalaciones que, por cierto, vendió a los pocos años, quedándose en régimen de alquiler con opción a compra y realizando, por segunda vez, una interesante operación financiera.
Ramón López Lucio / Madrid

Peor con el nuevo hospital
No hemos ganado con el nuevo hospital Puerta de Hierro. En enero de este año me operaron de una fractura de vértebra en el antiguo hospital Puerta de Hierro. Durante un tiempo tuve citas mensuales donde me revisaban la evolución de la operación. En ellas siempre me atendía el cirujano y, si consideraba necesario que me hicieran una radiografía, me la realizaban ese mismo día y a continuación el cirujano la examinaba, todo en la misma cita.
En abril, además de mandarme a rehabilitación, me citaron para tres meses después. Sin embargo, esta cita, con el verano de por medio, se retrasó a octubre. Pero en septiembre recibí una carta donde se me comunica que se retrasa 49 días la consulta con motivo del traslado de hospital. Este mes de diciembre, por fin, me ha visto el cirujano y me ha mandado hacer otra radiografía, que resulta importante para ver cómo he evolucionado desde la operación. Pues bien, la radiografía me la harán en enero y la cita donde la examinará el cirujano será en mayo. Y yo me pregunto: ¿para qué sirve una radiografía diagnosticada en diciembre, realizada en enero y examinada en mayo?
Por eso considero que no hemos mejorado con el hospital Puerta de Hierro nuevo, aunque ahora las habitaciones sean enormes.
Mª L. Martín / Las Rozas (Madrid)