Cartas de los lectores

30 de diciembre

El obispo de Tenerife
Varias afirmaciones. Unas, verdades a medias; otras, totalmente falsas. Es cierto: hay adolescentes que buscan sexo con los de su edad, porque el sexo es alegría; hay adolescentes que buscan sexo con adultos y ellos sabrán por qué; hay adolescentes que buscan sexo heterosexual u homosexual; hay adolescentes que intercambian sexo por dinero. Hay de todo, porque en la viña del Señor siempre ha habido, hay y habrá de todo.
La homosexualidad no es una enfermedad ni una aberración de pederastas. Es una opción natural –porque la excitación viene provocada por alguien del mismo sexo, y la excitación es naturaleza, no es vicio–, aunque mal vista.
Hay quien mezcla todo con el ánimo perverso de confundir. No es lo mismo homosexualidad que pederastia. No es lo mismo un niño que un adolescente.
Este obispo no aspira a la verdad. Aspira a fomentar la confusión. Parece ser que este es el sino de la cúpula episcopal.
Dudo que su Dios apruebe tan patética conducta. Si un sacerdote es lascivo, nadie tiene la culpa excepto él. Si Dios existe, no deja de existir porque uno de sus ministros sea lascivo y, si no existe, no existirá aunque sus ministros sean santos: no tiene nada que ver. ¿De verdad creen que España es la Reserva Espiritual de Occidente?
César Bienvenido Pascual

Madrid

Don Julián, ‘El Extenuado’
En 2006, el alcalde de Salamanca, con motivo de la devolución a Cataluña de parte de los archivos de la guerra civil, manifestó querer a su ciudad "hasta la extenuación". En aquellos momentos, traduje de sus palabras que el señor Lanzarote amaba a Salamanca hasta agotarse él, no Salamanca, pero después de ver cómo aprueba en Pleno subidas en los impuestos y tasas municipales de hasta un 36 por ciento, me inclino a pensar que me equivoqué: a la extenuación que se refería don Julián no era a la suya propia, sino a la de los bolsillos de sus vecinos.
Enrique Chicote Serna
Arganda del Rey (Madrid)

En la muerte de Benazir Bhutto
En la hora de su muerte, muchas cosas pueden decirse de Benazir Bhutto. Algunas buenas y algunas malas. Sin embargo, pocas personas pueden dudar de lo que esta mujer ha significado para la política internacional.
Hija de un político de la talla de Alí Bhutto, puede equipararse como una de las herederas de viejas dinastías políticas como los Ghandi en La India o los Kennedy de EEUU.
Por otra parte, su fisiología le iguala a personajes de la talla de Golda Meir o Margaret Thatcher, pues fue pionera en sustentar el poder en Pakistán con su doble condición de mujer y musulmana, hasta ahora la única que ha habido en un país musulmán.
Su exquisita educación en universidades occidentales no le impidió sentirse comprometida con los más tradicionales valores del islamismo moderado; eso sí, con una pátina democrática de estilo anglosajón a la cual ella nunca renunció.
Abandonó su cómodo exilio londinense para jugarse la vida y, a la postre, perderla. La sombra de la corrupción y el nepotismo siempre la perseguirá, pero su brillantez política y su carisma dejarán huérfanos a un país que, sin duda alguna, acaba de perder a su político de más talento.

Descanse en paz.
Diego Contreras Espina
Sevilla

Se van a ir los 14 kilómetros
Me tocó la lotería no el 22 sino el 21 de diciembre. Ese día fui a ver la película 14 kilometros. Lo que saqué vale más que montones de euros. Es la historia real de los que vienen hacia Europa desde el África negra. Sufren en el desierto, son maltratados en las fronteras y los vivos siguen. Tienen que llegar.
La película me ha transportado a estimarlos como míos. Los siento dignos de todo. Los quiero amar. Son tan personas como mis amigos ¡qué descubrimiento!
El cine estaba casi vacío. La película no ha sido promocionada lo suficiente. Y se va a ir sin que la vea casi nadie cuando es la película que deberían poner en todos los colegios, a todos los adultos, aunque el final sea falso.
Por favor, véanla. Que suene. Que todos la deseen para hacerse ricos en humanidad. Que hasta la pidan a Papá Noel y a los Reyes.
Pablo Osés Azcona
Fuengirola (Málaga)

Zurdos poco diestros
Conversando con un anarquista español exiliado en México, me dijo de un colega suyo, editor: "Fulanito es un buen chico, pero también publica libros que no son anarquistas". "Bueno, pero tú también, arquitecto, te has hecho rico edificando iglesias", le contesté. "¿Y eso qué tiene que ver?", me replicó extrañadísimo.
He recordado esta añeja y sabrosa anécdota, –tan evangélica, por la capacidad que muestra de ver la paja en ojo ajeno y no la viga en el propio–, ante los muchos elogios, en el centenario de su nacimiento, a otro arquitecto, Niemeyer.
Se alaba su carácter racionalista, siendo así que llenó el mundo de iglesias y catedrales. Más aún, se destaca su coherente militancia comunista, cuando su obra cumbre, la faraónica capital Brasilia, arruinó a su ya pobre país por muchos años, y alejó antidemocráticamente del pueblo, a mil kilómetros, a sus políticos, que encima enviaron a sus criados a ciudades satélite, a treinta kilómetros de sus nuevos palacios.
Nada más lógico, pues, que los de arriba le colmen de alabanzas en sus medios y le den premios principescos, incluso en España, a ese auténtico "caballero" que "hizo el hospital, pero primero hizo los pobres"; a ese autor de la que merecería ser proclamada como "la obra arquitectónica más clasista y asocial del siglo veinte", esa Brasilia de cuya planificación él mismo no tuvo más remedio que arrepentirse de boquilla cuando ya le había sacado todo el provecho personal posible.
Pero es el colmo que le alaben aún los izquierdistas; con tan siniestra incoherencia, esos zurdos tan poco diestros, la izquierda no necesita enemigos.
Javier Sanz Ridruejo

Madrid

Más Noticias