Cartas de los lectores

30 de septiembre

La preocupación de los ‘populares’
Vi una tertulia política en la que se trataba el reciente viaje del presidente Zapatero a Nueva York. De los asuntos que allí se dirimieron, de las reuniones bilaterales de su participación en la Asamblea General de la ONU, de temas como el desarme nuclear, el cambio climático, el golpe de Estado en Honduras, etc., no se pronunció ni una sola palabra, ya que para todos los tertulianos afines al PP el único asunto a debatir era si Zapatero podía negarse o no a que se publicasen las fotos de sus hijas.
Miguel López Zoyo / Granada

Un poco de socialdemocracia
Visto el fondo de la reforma fiscal que propone el Gobierno, al final, el único progresismo que va a poder aducir ante la ciudadanía será el que se encuentra en el PP, al menos en lo que a política fiscal y económica se refiere. Cayo Lara, coordinador general de IU, definió muy bien la situación al afirmar que "si Zapatero sigue desplegando políticas similares a las de la derecha neoliberal, será él mismo quien llevará al PP al poder". Lo cierto es que todo esto no es casualidad. ¿Quién puede negar que el bipartidismo acrítico no le va de perlas al establishment de turno? Lo triste es que, con tanta claudicación,en el Estado español va a ser muy complicado avanzar más allá del turnismo político propio del siglo XIX en lo que a concepto de ciudadanía se refiere y, por supuesto, va a ser imposible construir un Estado de bienestar digno de ese nombre. Por ello, "compañeros" del PSOE –y lo escribo bien entrecomillado–, ¿es mucho pedir un poco de socialdemocracia?
Pablo Antonio Rosa / Barcelona

Autoridad en la escuela
Algunos echan la culpa de que se haya perdido el respeto al concepto de autoridad en general a la relajación de las costumbres. Esto provoca que ciertos personajes nostálgicos de la supuesta grandeza de la "España Imperial" recurran a la demagogia. Pero no achacaría a las libertades los ataques a los profesores en las escuelas, como hacen de manera simplona algunos políticos. La pretensión de Esperanza Aguirre de llamar por ley "autoridad pública" a los profesores no me parece acertada. Este es uno de los muchos casos en los que la demagogia de algunos políticos y su oportunismo asustan.
Julián Juan Lacasa / Madrid

Chuches
El PP practica el método de predicar y no dar trigo. Acusa al PSOE de pactar con tránsfugas para la Alcaldía de Benidorm, cuando su partido ha participado en muchísimos casos de transfuguismo. Ahora Mariano Rajoy acusa a Zapatero de que subir los impuestos no arregla nada y Cristóbal Montoro califica al PSOE de ser una "pandilla de inútiles". Deberían mirar a los ayuntamientos y comunidades autónomas donde gobiernan. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Madrid no ha parado de subir los impuestos desde hace seis años. Rajoy ha dicho que Zapatero subirá el IVA a los hombres, a las mujeres y a los niños, y que a estos les subirán también las chuches. Como reza un dicho popular: no sé hablar y me mandas predicar. Pues eso.
Antonio Nadal / Zaragoza

Sobre el profesor Neira
La decepción es una reacción que normalmente te deja muy mal cuerpo. Sólo te decepcionan las personas a las que quieres o admiras. Pues bien, al profesor Neira le tenía en el selecto grupo de las personas a las que veía con admiración por haber hecho algo digno de ella, pero cuando escuché sus declaraciones en el programa de Sánchez Dragó me sorprendieron tanto que llegué a la conclusión de que parece que está utilizando aquella actuación, digna de elogio, como catapulta para adquirir notoriedad. Que el tiempo pone a cada uno en su sitio es una verdad irrefutable.
Juan Luis Medina / Santa Cruz de Tenerife

Símbolos nacionales
La actuación del PNV en campas de Foronda con un mosaico humano en forma de ikurriña que, cuanto más amplia sea la bandera, más grande es la inseguridad de los partidos y su intención de controlar a las masas, no vaya a ser que a las personas con criterio se nos olvide la veneración que debemos prestar a esa tela que dicen que nos
representa. Pero, por mucho que insistan, a muchos no nos gustan ni las banderas ni las generalidades; sólo creemos en las personas que merecen la pena.
Manuel Ballesteros / Bilbao

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