Con negritas

Cuando las barbas de otro banco veas pelar...

Una de las quimeras de la física, el movimiento continuo, se hace realidad jornada tras jornada en las acciones de Bankinter. Sólo que en este caso hay un impulso externo que lo ocasiona. Hace cuatro años fue la irrupción de RAM BHAVNANI , que invirtió en Bankinter las plusvalías obtenidas por la venta de su participación en el Zaragozano. Y ahora ha sido el Crédit Agricole, cuyo anuncio de que controlaba un 20% del capital cogió con el paso cambiado incluso a los BOTIN, tradicionales timoneles de tan codiciada nave.

Otro banco de su escuadra, el Banesto de ANA PATRICIA, se contagió la semana pasada de las sacudidas que las idas y venidas de significativos paquetes accionariales vienen ocasionando en la cotización de Bankinter. El convencimiento de una parte del mercado en que las dos entidades están condenadas a unirse para repeler mejor futuros intentos de abordaje, ha propiciado la revalorización de Banesto, probable líder de una eventual fusión.

Se cumplan o no estos pronósticos, las presiones sobre uno y otro en la bolsa no van a cesar hasta que se despeje el panorama de la banca mediana en España. Un panorama ensombrecido por los daños colaterales de la crisis de las hipotecas basura, que han abaratado en general su precio, dejando al descubierto un flanco por el que pueden colarse los buscadores de oportunidades.

Entre ellos están, como lo ocurrido en Bankinter ha puesto de manifiesto, los bancos extranjeros, interesados desde siempre en poner una pica aquí, a pesar del pedregoso suelo sobre el que se asienta el sector financiero español tras el saneamiento de los años setenta y ochenta.

Esa dificultad, y la capilaridad de la red de sucursales, contra la que un recién llegado difícilmente puede competir, explican la reducida presencia foránea en el negocio bancario y la ingente cantidad de millones que algunos se han dejado en el empeño. Después de todo lo que ha llovido, sólo BARCLAYS está consolidado en el segmento minorista. DEUTSCHE BANK y CITIBANK, aunque no han tirado la toalla, van muy a la zaga.

Así las cosas, la opción más realista para no quedar fuera de juego es meter la cabeza en lo que ya está establecido. Eso hicieron los italianos de UNICRÉDITO, que compró en mayo un 4% del Sabadell, y eso intenta hacer Crédit Agricole. Pero habrá más.

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