Con negritas

Un cadáver político sobre la mesa de Caja Madrid

La batalla por el control de Caja Madrid puede tener pronto su primera víctima en la persona de PABLO ABEJAS, presidente de la Comisión de Control desde hace poco más de dos años. Los partidarios de MIGUEL BLESA quieren apearlo de su cargo, de gran importancia en el proceso electoral abierto en la entidad, y puede que lo consigan en los próximos días. Abejas es un hombre de ESPERANZA AGUIRRE, que lleva meses moviendo cielos y Tierra para arrimar a su sardina el ascua de Caja Madrid.

Ocho de los once vocales de la Comisión de Control han intentado destituir en un par de ocasiones a su presidente, so pretexto de que estaba barriendo a favor de la Comunidad. Hasta ahora, Abejas había soslayado todos los intentos de someter a votación su continuidad, a sabiendas de que, si no hay cambios de bando, la tiene más que perdida. Esa contumacia, sin embargo, probablemente no le sirva de mucho cuando el Consejo de Administración, convocado para hoy, decida tomar cartas en el asunto.

Los vocales de la Comisión de Control contrarios a Abeja pidieron amparo la semana pasada al máximo órgano de gobierno de Caja Madrid, que, salvo sorpresas, avalará sus pretensiones. En el pulso con la Comunidad, el Consejo se ha mantenido mayoritariamente al lado de Blesa y, en consecuencia, no ha dado facilidades para que Aguirre se salga con la suya. Que sus componentes varíen de parecer a estas alturas no es imposible, pero sí improbable, habida cuenta la magnitud de los intereses en juego.

Según lo previsto, el Consejo forzará hoy la convocatoria de una sesión extraordinaria de la Comisión de Control, que debe reunirse en el plazo máximo de 72 horas. En esa reunión se ventilará la destitución de Abejas, que será un serio contratiempo para la Comunidad de Madrid, si finalmente se lleva a efecto. Aguirre contaba con él para conseguir que las elecciones se rijan por la nueva normativa regional, más favorable a sus intereses y sobre la que Blesa y quienes lo respaldan pretenden hacer oídos sordos, aduciendo que el proceso ya estaba iniciado cuando se aprobó.

Para suceder a Abejas se maneja el nombre de FERNANDO SERRANO ANTÓN, una de las personas de confianza del concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Madrid, JUAN BRAVO, con el que trabaja como Defensor del Contribuyente.

Bofetada a Aguirre

Que la presidencia de la Comisión de Control recaiga en alguien del entorno de ALBERTO RUIZ-GALLARDÓN supone una indudable ventaja para Blesa, que en esto actúa de acuerdo con el alcalde, y una clara humillación para Aguirre a manos de su principal rival político. El Ayuntamiento tiene ahora una notable influencia en Caja Madrid, que la normativa recién aprobada por la Comunidad pretende reducir drásticamente.

Recelos socialistas

Una victoria, parcial o definitiva, de Ruiz-Gallardón en Caja Madrid es vista con reticencias en Ferraz, pues los dirigentes federales del PSOE están convencidos de que será él quien releve a MARIANO RAJOY en el caso de que una sucesión de derrotas electorales lo obligue a retirarse. Ésa es una de las razones por las que los socialistas madrileños decidieron prestar inicialmente su apoyo a Aguirre, hasta que Moncloa les obligó a retirárselo.

Un gesto inútil

Al perder toda posibilidad de formar una mayoría suficiente en Caja Madrid, la presidenta de la Comunidad optó por utilizar la que tiene en la Asamblea regional e introdujo los cambios legales necesarios para impedir que Blesa repita en el cargo. De nada le sirvió a éste el gesto de incorporar al Consejo de Administración de Cibeles a los tres candidatos de Aguirre: ÁNGEL ACEBES, MANUEL LAMELA y CARMEN CAVERO.

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