Con negritas

Una aventura que se acaba

Puede querer la casualidad que el fin de la escapada energética de tres grandes constructores españoles acabe más o menos por las mismas fechas. JOSÉ MANUEL ENTRECANALES tiene a tiro de piedra la venta del 25% de Endesa. Para ceder el control de Unión Fenosa, a FLORENTINO PÉREZ sólo le falta ya el visto bueno de la Comisión Nacional de la Competencia y del Gobierno. Y LUIS DEL RIVERO, si atendemos los mensajes procedentes de su entorno, está a un paso de deshacerse del 20% de Repsol.

Lo más inminente, según todos los indicios, es el cambio en la propiedad de Endesa. Tanto Acciona como Enel dieron a entender la semana pasada que al acuerdo se encuentra a punto de caramelo. El consejo de administración de la eléctrica italiana abordó el asunto en su reunión del viernes, aunque no llegó a tomar una decisión definitiva al respecto. FULVIO CONTI, primer ejecutivo de Enel, se fijó el objetivo de rematarlo antes de que concluya este mes y todavía le queda tiempo, por tanto, para hacerlo.

ACS, como depende de cuándo haga público su informe el regulador y de la autorización posterior del Consejo de Ministros, no es dueña del calendario. Los cálculos más optimistas apuntaban a que el traspaso del 45,3% de Unión Fenosa podía consumarse en febrero, habida cuenta que Gas Natural tiene amarrada la financiación necesaria desde primeros de agosto. Pero esas previsiones partían de que el dictamen de Competencia estuviera listo inmediatamente después de Navidades, cosa que no ha ocurrido.

El futuro del 20% que Sacyr tiene en Repsol es más imprevisible, aunque Del Rivero no puede dormirse en los laureles, pues debe afrontar serios problemas financieros. De los rusos de Lukoil, que fueron los primeros interesados en el paquete, no se ha vuelto a hablar desde hace tiempo. Sin embargo, la reciente aparición en escena del gigante chino Sinopec ha reavivado las especulaciones sobre una pronta solución, que choca con el precio que pide Sacyr y las dificultades de cualquier comprador para obtener préstamos.

La coincidencia de las tres operaciones encierra un alto contenido simbólico, ya que pone de relieve el carácter real de las inversiones en activos energéticos de los grandes constructores, que han optado por salir corriendo en cuanto les han venido mal dadas.

Un buen colchón

El único que pisaba sobre seguro era Entrecanales, que firmó un pacto muy ventajoso con Enel para tomar el control de Endesa. Asumió la presidencia, a pesar de que los italianos son los accionistas mayoritarios (67%), y ­­se garantizó la recompra de sus acciones al precio inicial. Las relaciones societarias no han funcionado bien, hasta el punto de que ni siquiera han sido capaces de ponerse de acuerdo sobre el plan estratégico de Endesa. De ahí que haya decidido seguir cada uno por su lado.

Castillos en el aire

El objetivo de Florentino Pérez era utilizar la plataforma de Unión Fenosa para dar el asalto a Iberdrola y convertirse junto con sus socios (los ALBERTOS y la familia MARCH) en protagonista de la reordenación del sector eléctrico. La negativa de IGNACIO SÁNCHEZ GALÁN a facilitar su entrada en el consejo de administración de Iberdrola y la hondura de la crisis inmobiliaria obligaron a ACS a desistir de sus intenciones originales.

Endeudados hasta las cejas

Si en el caso de Acciona y de ACS el peso de la deuda ha sido clave para su repliegue, la situación de Sacyr es tan asfixiante que la venta de Repsol se ha convertido en una cuestión de vida o muerte. A pesar de ello, Del Rivero se ha subido a la parra a la hora de poner precio a su participación (el doble del valor bursátil) para no anotarse minusvalías. Esa exigencia es lo que entorpece la operación, pues el 20% no lleva aparejado ningún derecho político que justifique la prima.

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