Con negritas

Maniobras políticas en la oscuridad de Alitalia

En Milán están que trinan ante la más que probable venta de ALITALIA a AIR FRANCE-KLM, sobre la que el Gobierno, titular del 49,9% del capital , todavía no ha dicho la última palabra. Lombardía, la región a la que pertenece, alberga cuatro aeropuertos: el Milano Malpensa, donde se concentra buena parte del tráfico internacional del país; el de Linate, especializado en vuelos de bajo costo; el de Bergamo-Orio al Serio, que utilizan principalmente los charter, y el menor de todos, el de Montichiari. Los cuatro mueven en torno a 30 millones de pasajeros al año y son una fuente de riqueza para esta zona, la más poblada, industrial y próspera de Italia.

Los milaneses temen que Air France-KLM convierta Fiumicino en su tercer centro de distribución (hub), junto a París y Amsterdam. En tal caso, el Milano Malpensa dejaría de ser punto de paso obligado para los recorridos con origen o destino en el centro, sur y este de Europa, además del norte de África, con el correspondiente perjuicio económico para toda Lombardía en general y para su capital en particular. Con un inconveniente añadido: que aspiran, igual que Madrid, a organizar los Juegos Olímpicos de 2016, y un aeropuerto devaluado no es lo mejor para la candidatura.

La alcaldesa, LETIZIA MORATTI, y el gobierno regional han redoblado las presiones para que las acciones de Alitalia controladas por el Estado no pasen a manos de Air France-KLM. Especialmente virulenta ha sido la reacción de la Liga Norte, que no descarta llamar a la movilización ciudadana contra lo que considera una afrenta en toda regla. Pero sus posibilidades de torcer el curso de los acontecimientos son remotas, aunque queda cierto margen de maniobra que intentará aprovechar cuanto pueda.

Hay que tener en cuenta que Alitalia no es una compañía saneada, como Iberia, sino que se encuentra en una delicada situación y necesita una gestión profesional y una fuerte inyección de capital, que en ningún caso sería inferior a los 4.000 millones de euros. De momento, los franceses, y sólo los franceses, parecen dispuestos a ponerlos sobre la mesa. Sin embargo, los designios de la política son inescrutables. En España, ESPERANZA AGUIRRE, haciendo uso de su influencia en Caja Madrid, ha cerrado las puertas de Iberia. Así que ya veremos si allí los dejan.

Más Noticias