Con negritas

Los nuevos frentes de las reestructuración de las cajas

La reestructuración de las cajas de ahorros, cuyo diseño dieron por zanjado a finales de junio el Gobierno y el Banco de España, está encontrando dificultades ahora que toca pasar de las musas al teatro.

CAM, que se apuntó de prisa y corriendo al SIP liderado por Cajastur para no quedarse fuera de juego, ha puesto el grito en el cielo al conocer las pretensiones de su nuevo socio. Aunque estaba pactado que el consejero delegado sería MANUEL MENÉNDEZ, máximo responsable de Cajastur, la CAM considera excesivas las facultades que este pretende asumir. Para que la operación sea equilibrada, los alicantinos cuentan con el respaldo de la Generalitat, que necesita salvar la cara después de que FRANCISCO CAMPS fracasara en su intento de fusionar las dos grandes cajas regionales.

La otra, Bancaja, forma parte del SIP de Caja Madrid, donde se han puesto de manifiesto en los últimos días ciertos resquemores. La Junta de Castilla y León no está dispuesta a que las cajas de Ávila y Segovia sean simples comparsas y ha amenazado con vetar su incorporación. JUAN VICENTE HERRERA tampoco fue capaz de poner de acuerdo en su día a las entidades de la comunidad, que andan desperdigadas en distintos proyectos.

El que no ha cejado en su empeño de crear una súper caja andaluza es JOSÉ ANTONIO GRIÑÁN, pese a los infructuosos esfuerzos realizados, primero por MANUEL CHAVES y luego por él mismo, durante los últimos diez años. Hacer realidad esa idea choca con dos circunstancias: la intervención de Cajasur, que está pendiente de ser subastada, y la adhesión de Caja Granada al SIP en el que se han integrado también Murcia, Penedés y Sa Nostra. Griñán pretende que Cajasur sea adjudicada a Cajasol o a Unicaja y ha amenazado con abortar los planes de Caja Granada.

En la fusión de Catalunya, Tarragona y Manresa, efectiva desde el pasado 1 de julio, han brotado ya las primeras discrepancias. Parte de los consejeros son favorables a crear una nueva marca como han hecho Sabadell, Terrasa y Manlleu, que seguirán su andadura bajo el paraguas de Unnim. Sin embargo, otros preferirían mantener la denominación Caixa Catalunya, alegando que se trata de un activo del que no sería razonable prescindir.

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