Con negritas

Después de Iberia, Caja Madrid apunta a Bankinter

La presencia de Caja Madrid en el accionariado de Bankinter, conocida gracias a la normativa que obliga a declarar las participaciones superiores al 3% en empresas cotizadas, promete fuertes emociones. Si inicialmente parecía que se trataba de una simple inversión financiera, sin gran trascendencia en la batalla que se libra por el control del banco, ahora todo apunta a que MIGUEL BLESA no va a quedarse de brazos cruzados mientras Crédit Agricole y JAIME BOTÍN se despellejan.

Ya se sabía que Bankinter era objeto de la codicia de Caja Madrid desde hace tiempo, debido a la complementariedad de sus negocios. Lo que no estaba al cabo de la calle es que Blesa había llegado incluso a solicitar autorización al Banco de España para ir un paso más allá y comérsela. MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ ORDÓÑEZ, como antes había hecho su predecesor, JAIME CARUANA, dijo nones, razón por la cual todo quedó finalmente en agua de borrajas.

El argumento de los dos gobernadores fue esencialmente el mismo: las cajas, dado su peculiar estatuto jurídico, no deben comprar bancos. Algunas acciones sí, pero nunca las suficientes para controlarlos. De ahí el interés que han demostrado últimamente La Caixa y la propia Caja Madrid por pescar fuera lo que dentro de España, al menos de momento, tienen vedado.

El paquete de Bankinter en manos de Blesa (4,87%) puede desempeñar, además, un papel determinante en el desenlace de la pugna. Es verdad que el menor de los Botín ha reforzado su posición adelantando inteligentemente la conversión de las obligaciones de los empleados (suyo es ya alrededor del 5%), con los que cuenta en caso necesario. Pero no es menos cierto que la aparición en escena de un nuevo actor francés, Société Générale, que tiene el 3%, sugiere que Crédit Agricole tampoco está solo.

Aunque Caja Madrid ha asegurado que se guiará por criterios de estricta rentabilidad si ha de inclinarse por alguno de los dos contendientes, sería chocante que escogiera la opción extranjera. Sobre todo después de su actuación en Iberia, donde ha entrado a saco so pretexto de mantener la españolidad de la compañía. Eso no significa, naturalmente, que su eventual apoyo a Botín vaya a ser gratis. Bien al contrario, Blesa podría obtener a cambio una alianza que surta efectos similares a su fallida compra de Bankinter.

Más Noticias