Con negritas

En las líneas de bajo coste el tamaño también importa

Que el proceso de concentración empresarial protagonizado por las grandes aerolíneas europeas acabara llegando a las de bajo coste que operan en España era sólo cuestión de tiempo. La competencia en los cielos exige hoy una masa crítica mucho mayor que hace unos años, cuando las compañías tradicionales de bandera campaban por sus respetos sin que nadie les hiciera sombra. De ahí que se compongan alianzas, se crucen participaciones o se recurra abiertamente a la fusión para ganar peso específico en un mercado en el que cada vez prima más la eficiencia que la excelencia.

En el ámbito de las grandes aerolíneas todavía queda mucha tela por cortar. IBERIA, a pesar de lo felices que se las prometía, no acaba de sacarle partido a la presencia en su accionariado de BRITISH AIRWAYS en calidad de socio industrial. AIR FRANCE, unida desde hace algún tiempo a la holandesa KLM, tiene serios problemas políticos para comprar ALITALIA, debido a la frontal oposición de la Liga Norte, temerosa de que el aeropuerto de Milán-Malpensa pierda terreno en beneficio de Roma. Y LUFTHANSA continúa deshojando la margarita de con quién compartirá su destino.

En el segmento de bajo coste, por lo que se refiere a España, la tarta está muy desigualmente repartida. La irlandesa RYANAIR y la inglesa EASYJET, pioneras en el negocio, se han apropiado del bocado más jugoso, mientras que a las dos de origen nacional, VUELING y CLICKAIR, no les queda más remedio, al menos por ahora, que conformarse con las migajas. Su juventud (la primera empezó a operar en 2004 y la segunda el año pasado) y su reducido tamaño no les dejan crecer al ritmo previsto, lo que supone una pesada losa para sus respectivas cuentas de resultados.

Decepcionado por esta situación, los LARA, que controlan desde hace poco casi el 27% del capital Vueling, dieron recientemente un golpe de mano y colocaron al frente de la empresa a JOSEP PIQUÉ como presidente y a LARS NYGAARD, procedente de Spanair, como consejero delegado. El segundo paso ha llegado ahora con su acercamiento a Clickair, en cuyo accionariado, aparte de Iberia, hay algunos nombre conocidos, entre ellos FLORENTINO PÉREZ y la familia SERRATOSA. Si esa aproximación acaba en fusión, ya se verá. Pero que el matrimonio les vendría muy bien a los dos parece fuera de dudas.

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