Salud en positivo

Generación pandemia

Ilustración: Verónica Montón Alegre
Ilustración: Verónica Montón Alegre

Está empezando el curso académico. Vamos entendiendo que la nueva normalidad significa que probablemente, cada día, haya incidencias en un porcentaje de los centros educativos del país. Grupos o centros bajo vigilancia, pendientes de pruebas o con cambios y adaptaciones en los equipos docentes y espacios. Si no resolvemos bien el tema de la vuelta al cole, el virus se habrá cobrado una nueva víctima. Una víctima de la que tendremos conciencia en unos años, cuando esto deba ser solo un recuerdo. Llevamos medio año en modo pandemia y es probable que éste sea el primero de varios "medios años". A las víctimas que ya conocemos, como son la salud y la economía, habrá que sumar otra más: la educación.

Si la educación, en todos sus niveles, se ve afectada por la falta de adaptación a una normalidad con presencia continua del virus viviremos una grave consecuencia que alguno bautizará como la generación pandemia.

Una generación que puede ser el reflejo de la mayor brecha y retroceso en la igualdad de oportunidades de las últimas décadas, o no.

Dentro de unos años, podremos leer en los libros cómo la generación pandemia surgió de la no adaptación del modelo educativo durante lo que se conoció como la "nueva normalidad".

El modelo educativo, o los modelos educativos, siempre ha sufrido la tensión entre la supuesta defensa de los derechos individuales y el desarrollo colectivo o el avance común. Puede que digan los libros, electrónicos claro, que en el históricamente polarizado escenario educativo patrio la cuerda se rompió y perdieron los que siempre pierden.

Así, durante ese tiempo algunos padres y madres, las que pudieron permitírselo, invirtieron en refuerzos, en extraescolares, clases particulares...es decir, como siempre, pero sin que nada compensara en el otro extremo de la cuerda. El resto, la mayoría de niños y niñas, no contó más que con la tele o las tablets a través de las cuales, el profesorado se dejaban las pestañas intentando trasladar los contenidos y conocimientos de la forma más digna.

En la generación pandemia unos niños y niñas tenían mejor acceso a los contenidos, al conocimiento, tenían más herramientas y habilidades y el resto, tenían menos. La brecha educativa se agrandó en cada trimestre hasta hacerse profunda e insalvable.

Pero esto no tiene por qué ser así. La historia se escribe en presente y la generación pandemia puede también ser aquella a la que conseguimos impulsar a través de un ejercicio de adaptación y creatividad del que somos plenamente capaces.

La generación que disfrutó de un momento educativo excepcional porque la inversión en educación fue un elemento prioritario en la acción política. La necesidad de hacer espacios seguros permitió aumentar los recursos, se aumentó el número de profesores y profesoras y crecieron los apoyos. La Creación de grupos con menores ratios, no solo sirvió para garantizar la seguridad sanitaria sino para mejorar el seguimiento y acompañamiento individual a todo el alumnado; así como poner en marcha programas de apoyo a los alumnos con más dificultades y una verdadera política de inclusión para niños y niñas con necesidades especiales.

Una escuela segura para evitar la covid19, la enfermedad mental, el acoso, el fracaso escolar, que ofrezca recursos para el desarrollo y el empoderamiento. Una escuela que sea segura contra la violencia de género.  Una escuela que apueste por el uso de espacios abiertos para la docencia y el ocio, que fomente la actividad física y que haga de los centros espacios ejemplares de convivencia segura.

Escuelas que generen equidad en todos los niveles

No es fácil, nunca lo fue, con y sin covid. La escuela es la principal herramienta generadora de equidad social futura y por tanto también la principal máquina de aumentar desigualdad.

La necesidad de garantizar una educación segura puede ser la oportunidad para reforzar un modelo educativo que genere la mayor equidad; las medidas que se han tomado y tomarán deben garantizarla, para evitar lo contrario.

La suspensión de la formación presencial y de las actividades extraescolares debe valorar el impacto en los niños y niñas de familias en situación de vulnerabilidad y por tanto con menos capacidad para buscar alternativas por su cuenta, probablemente cada día más.

La educación es una prioridad política egoísta, pues representa el futuro, nuestro futuro.  Es el elemento clave que determinará como serán nuestros niños y niñas en los próximos años, como será nuestra sociedad en definitiva y la realidad que construyamos.

Así que mejor, echamos el resto. Ya.

Firma del Post:

  • Antonia García Valls. Asesora coordinadora en la Vicepresidencia Cuarta, Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Ha sido diputada en el congreso de los diputados.
  • Rafael Sotoca. Médico de familia y activista sanitario. Fue director general de asistencia sanitaria de la Comunidad Valenciana.

Forman el Foro Ágora Salud:

  • Carmen Montón es embajadora observadora permanente ante la Organización de los Estados Americanos y ha sido Ministra de Sanidad, consumo y bienestar social y Consellera de Sanidad.
  • Ricardo Campos. Médico Oftalmólogo. Ha sido Secretario General del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y subsecretario autonómico de sanidad.
  • Rafael Sotoca. Médico de familia y activista sanitario. Fue director general de asistencia sanitaria de la Comunidad Valenciana.
  • Begoña Frades García. Psiquiatra y jefa del área de salud mental del Hospital Pare Jofre. Ha sido coordinadora autonómica de salud mental.
  • José Antonio López Cócera es enfermero especialista en salud mental y miembro de la comisión nacional de la especialidad.
  • Isabel González. Médica radióloga. Fue jefa de servicio y profesora asociada de radiología en la Universidad Miguel Hernández de Elche así como Directora Gral. de la Alta Inspección y gerente de los departamentos de salud de San Juan de Alicante y La Ribera (Alzira)
  • Enrique Ortega. Médico especialista en enfermedades infecciosas y jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas, Emergentes e Importadas. Ha sido profesor asociado de de medicina de la Universidad de Valencia y Director Gerente del Departamento de Salud Hospital General de Valencia.
  • Antonia García Valls. Asesora coordinadora en la Vicepresidencia Cuarta, Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Ha sido diputada en el congreso de los diputados.
  • Pere Herrera de Pablo. Medico de familia y médico SAMU. Ha ejercido como director del Servicio Emergencias Sanitarias de la Comunitat Valenciana.
  • Roser Falip Barangué. Doctora en Medicina y especialista en medicina de familia y en análisis clínicos. Ha sido gerente del departamento de salud de Alcoy.
  • Juan Domene. Médico Inspector en el servicio de calidad asistencial y seguridad del paciente. Ha sido gerente del departamento de salud Arnau de VilanovaLliria.

Ilustra el blog:

  • Verónica Montón Alegre. Artista interdisciplinar.

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