Culturas

El último inventor del papel

HORÓSCOPO CHINO// JULIO VILLANUEVA CHANG

Detrás de un cigarro, dentro de unos pantalones con tirantes, Jorge Lanata acaba de fundar el último diario de papel. Así. Sin comillas. Su nombre es "Crítica". De la Argentina. A fines del siglo XIX, desde la República de Weimar, Nietszche profetizaba con la nariz: "Un siglo más de periódicos y las palabras apestarán". Pero, a principios del XX, José de la Riva Aguero ya se preguntaba desde el Perú con incredulidad: "¿Cuando fue la última vez que una persona leyó todo el periódico?". Poder leer un diario entero ha sido desde siempre el acto de un antihéroe de la curiosidad y el tiempo libre. Por lo visto, desde antes que Borges los condenara, el desprecio intelectual por los periódicos no sólo fue temprano: fue prematuro. Hoy hay que ser un anticuado y un irrespetuoso de los árboles para vender un nuevo periódico de papel. "La gente se entera de lo que pasa por los medios electrónicos, pero lo entienden por los diarios de papel", recuerda Lanata, un best seller que ya fundó un par.

 
Durante un año, Luis Jochamowitz visitó un archivo con el único fin de leer periódicos viejos. Leía diarios publicados en Perú entre fines del siglo XIX y principios del XX. y seleccionaba los recortes de prensa que le provocaban una sonrisa pensativa. Jochamowitz los reescribió y publicó Última noticia, un libro que se lee como una sensacional inauguración del pasado. Una baronesa advierte que mecer a los bebés es una actividad riesgosa y que no hay que convertir las cunas en hamacas. Un príncipe italiano reta a un acaudalado mexicano por ser demasiado atento con su esposa. El presidente de Haití muere y sus soldados lo llevan al cementerio en un ataúd destartalado que les permite comprobar a cada paso que sigue muerto. Un profesor hace un examen bacteriológico del agua bendita de una de las iglesias más concurridas de Roma con un resultado aterrador: estafilococos, estreptococos, bacilos de Loffer, etcétera. "Última noticia" de Jochamowitz evidencia un antiguo síntoma de la enfermedad de hacer periódicos: para el público, la política nunca ha sido lo más memorable.

Lanata lo sabe y quiere darle buena compañía a sus primeras páginas de golpes. Su cómplice en la subdirección de Crítica, el escritor Martín Caparrós, tuvo la idea de inventar una columna que contara lo que sucede todos los días en el periódico y asignársela a Roka Valbuena. Candelaria Schamun, una blogstar con ninguna experiencia en periodismo, escribe una columna sobre un muerto por accidente de tránsito en la que cuenta cómo era esa persona cuando estaba viva. En la edición electrónica, hay un blog que es una guía para ligar mujeres. Se anuncia que pronto habrá alguien que dibuje las noticias en la tradición de Joe Sacco. Debajo de sus tirantes y el humo, Lanata, un enemigo de los puntos suspensivos, promete equivocarse hasta hacer un periódico contra el olvido.

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