Punto de Fisión

Fernández Díaz se hace un Tom Cruise

Antes los famosos se operaban para quitarse años de encima, ahora se operan para arrancarse décadas. Cuando pasó por el quirófano, Renée Zellweger decidió poner el contador a cero y estrenar una nueva juventud. No es que después no la reconociera su madre: es que no la reconocía ni su agente. Se dice que ahora va a protagonizar otra secuela de Bridget Jones, Bridget Jone's Baby, aunque no está muy claro si van a ofrecerle el papel de Bridget o el de bebé de Bridget. Las posibilidades de la cirugía estética son, hoy por hoy, casi ilimitadas. Nicole Kidman fue un paso más allá y decidió injertarse la sonrisa de la Gioconda, aunque en mitad del desaguisado el cirujano lo pensó mejor y le metió el bótox de la Dama de Elche.

Para no ser menos que su ex, Tom Cruise ha rizado el rizo y, además de cambiar de época, ha decidido cambiar de especie. Había una escena en Misión imposible 3 en la que Cruise se calzaba la máscara de Philip Seymour Hoffman, enorme actor hoy desaparecido, por desgracia. En esa secuencia concreta de la película la actuación de Cruise mejoró notablemente. Tal vez le pidió al cirujano que repitiera la acrobacia para ampliar su registro interpretativo, pero al hombre se le fue la mano con el bisturí y al final le puso la jeta de un lechón poco hecho. Corre el rumor de que ya le han ofrecido protagonizar otra secuela de Babe, el cerdito valiente.

En España la cirugía estética radical tira más por el lado del espíritu. Ya advertía Mariló Montero que una donación de órganos procedentes de un asesino podía acarrear un transplante de alma en el que el paciente recién operado acabara recibiendo, junto con el corazón o el hígado, el gusto por el homicidio. No lo advirtió, pero a la vista está que hay fanáticas del lifting que han acabado transplantándose un ficus en el florero.

Hombre espiritual donde los haya, el ministro Fernández Díaz se ha operado del interior. Ha rejuvenecido mucho, tanto que en sus últimas declaraciones parecía un yayoflauta del 15-M encantado con los escraches. "El tiempo coloca a cada uno en su lugar" ha dicho filosóficamente refiriéndose al amago de linchamiento con que un grupo de hooligans municipales acojonó a un señor concejal. Más acorde con su nuevo aspecto revolucionario, el ministro también podría haber dicho: "A cada cerdo le llega su San Martín". Pero él no es de mezclar los santos en estos asuntos, salvo en cuestiones de aparcamiento, y además corría el peligro de que se pensaran que se refería a Tom Cruise. Hay comentaristas que opinan que Cruise buscaba parecerse a Fernández Díaz pero, de ser así, el parecido dista de ser un éxito. En cualquier caso, por dentro ya se parecían bastante, porque los dos creen a pie juntillas en sectas chorras, irracionales, esotéricas y sacacuartos. Aunque, si va a decir verdad, Tom Cruise cienciólogo resulta mucho más serio.

 

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