Manzano es un error, en clave atlética no hay debate. Basta con tirar de memoria. Quedó establecido ya en 2004 incluso por los mismos que ahora le contratan, cuando le pusieron en la calle tras un curso ruinoso de alguno de cuyos desperfectos el Atlético aún hoy sangra. Un séptimo puesto que entonces dolía mucho más, una Copa tirada por capricho, un capitán puesto a dedo, una plantilla rebajada a conciencia (de la que luego además se desmarcó), la ruptura del vestuario, el compadreo con la prensa... Y, sobre todo, el mayor cisma social desatado por un entrenador en la historia del club ("¿Dónde está el 7?", le reprochó al unísono el campo justo cuando el técnico creía rozar la gloria poniendo al equipo en Champions). Manzano convirtió el caso Movilla (que finalmente le devoró) en un asunto personal. No paró hasta sacarle a empujones de la ciudad, sin darse cuenta de que rompía así el diminuto cordón umbilical que sujetaba el Atleti de entonces con su arañada idiosincrasia. La grada le vio como un técnico menor, pero sobre todo injusto. No gustó su fútbol, su forma de trabajo ("Desconfío de los técnicos que siempre tienen el chándal planchado", declaró Luis) y le superó el manejo del entorno. El Atlético le vino grande, fue la sentencia.

Pero Manzano no tiene la culpa de volver al Atlético siete años después de su fracaso. La tienen quienes reinciden a sabiendas en el error. Cuando la hinchada necesita ilusión (aún convaleciente por el proceso de fuga del Kun), los dueños recurren a un técnico que no sólo no ilusiona, sino que la encabrona. Y justo a dos días de vencer el plazo de renovación de los abonos. Por eso suena más enigmática y sospechosa la decisión. Que no son muchos los técnicos que dicen sí a Gil Marín y que el agente de Goyo es quien manda ahora en el club no basta para justificar la provocación. Por eso más que la capacidad de los dueños para ponerse a la gente en contra (que no tiene límites) lo que se mide hoy de una vez es la paciencia de esos aficionados contra quien desde hace años se gestiona el Atlético.