De lunes

Valeriano no se escaquea

Valeriano Gómez se reune con sindicatos y empresarios esta semana. El titular de Trabajo tendrá que retomar el diálogo social en un momento en el que la tendencia al fracaso de la reforma laboral cotiza al alza. La ansiada transformación de puestos temporales en fijos no llega. Al contrario. Mientras no haya crecimiento y demanda, los empresarios no se plantean contratar o transformar temporalidad en empleo fijo.

Gómez tendrá que negociar dentro del marco de una reforma en la que no cree, por más que intente conciliar sus convicciones personales con el texto tantas veces exigido por el gobernador del Banco de España y el "Manifiesto de los Cien". Además de su aireada presencia en la manifestación de la huelga general, el ahora ministro fue uno de los firmantes del "Manifiesto de los 700" contra las ideas de Fernández Ordóñez y de "Los Cien", triunfadoras en el texto aprobado por el Gobierno Zapatero. Su nombramiento para Trabajo lleva implícito el fracaso de los cambios en el mercado laboral.

Una pregunta flota a su alrededor ¿qué impulsa a un tipo como Gómez, cobrando más en el sector privado que en el público, a aceptar un empleo mal remunerado en imagen y con unos mimbres en los que no cree? Ser ministro de cinco millones de parados durante más de año y medio es más que un marrón. ¿Por qué no le dijo no a ZP?

Dicen quienes le conocen que Valeriano tiene fe en la cosa pública, pese a lo anticuado del concepto para algunos. Que no va en su carácter escaquearse ante un reto. Que se dejará la piel en el intento, aseguran sus amigos. Solo falta que el presidente no le deje tirado.

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