Dentro del laberinto

Ochenta

La primera cadena internacional de hamburguesas y comida rápida se abrió en España, en la Gran Vía de Madrid, en 1981. Llegaba con 20 años de retraso respecto a los Estados Unidos, pero lo hizo para quedarse. Hoy día, pese a que hace casi ocho años que un teólogo italiano, gourmet y amigo de la boutade, aparte de teórico gastronómico, la consideró anticatólica, la comida rápida ha tomado de la mano al escaso tiempo que la vida deja, y avanzan felices, entre el colesterol, la adicción a los hidratos y la obesidad.

La teología indicaba que comer como incitaba a hacerlo la comida rápida convertía el alimentarse no en el agradecimiento por un don divino, sino en un acto onanista, barato en todos los sentidos. Para contrarrestar esa sensación de inmediatez, las grandes cadenas han recurrido a una estratagema: mostrar a los clientes, de manera incluso presencial, de dónde vienen las picaduras de carne, las lechugas. De esos campos naturales, de esas explotaciones agrícolas casi pastoriles a los ojos de los urbanitas que abarrotan los establecimientos. El pecado ya no se comete, a los ojos sociales, contra Dios, sino contra esa tierra creada en seis días.

Cuando el hambre era hambre, cuando se iban a la cama las familias enteras con el estómago crujiente, y delirios de hidratos, entonces la comida era un bien precioso por el que merecía la pena jugarse el alma. En otros lugares, así sigue siendo. Pero en las calles repletas de kebabs, de bocadillos y cafés instantáneos, de sandwiches y donuts, la gula no es sino un signo de buena vida, un capricho que se olvida al pagar la factura, y que se repite, hasta convertirse en hábito y desacralizarlo. Sólo el regreso, tan ecologista y oportuno, a la naturaleza, sin que se cuestionen otros gastos (la energía, los animales desperdiciados) convierten el hecho de alimentarse, ya tan dado por hecho, y tan banal, en algo sagrado; cada migaja, cada caloría, se revierte de significado.

Y los que alguna vez hayan estado a dieta comprenderán.

Más Noticias