EconoNuestra

Por una renovación de la ciencia económica, ¡nos movemos!

Esteban Cruz Hidalgo
Licenciado en Economía, estudiante de Máster en la Universidad de Extremadura y miembro del Instituto de Economía Política y Humana

Esta semana somos testigos de tres eventos que, a diferente escala, escenifican muy bien la agitación y acción a la que la ciencia económica y su enseñanza están siendo empujadas por las demandas de la sociedad de prescripciones políticas alternativas a las que nos son impuestas desde arriba. La austeridad presupuestaria, la liberalización financiera y comercial desmesurada y el mero crecimiento del PIB como guía no plantean soluciones a las necesidades acuciantes de los individuos, ni aportan directrices coherentes para el desarrollo económico y la protección del medio ambiente.

Cumple un año el "Llamamiento internacional de estudiantes de económicas a favor de una enseñanza pluralista", carta abierta lanzada por la International Student Initiative for Pluralism in Economics (ISIPE). Este manifiesto ha sido firmado por más de 70 asociaciones de todo el mundo, y varias son las redes de estudiantes que han participado en este 5 de mayo en el #PluralEconDay con motivo de celebrar su primer aniversario. Los eventos y actividades que han corrido a cargo de cada grupo local están encaminados a alertar sobre la necesidad de abrir las ventanas para que la economía real entre en las aulas y poder servir a un debate público saludable y útil para los problemas que interesan a la sociedad. Tan encomiable fin se consigue con diversidad y pluralismo, elementos de los que carecen los planes de estudio en economía de todo el mundo desde hace décadas, homogéneamente neoclásicos.

A nivel nacional, han sido citados en las urnas los colegiados y colegiadas en el Colegio de Economistas de Madrid, elecciones a las cuales se presenta la Candidatura Economistas por el Progreso, que es apoyada, entre otros, por las asociaciones Economistas frente a la Crisis y Economistas sin Fronteras. Economistas por el Progreso denuncia que en los últimos 20 años este organismo solo se ha limitado a "desarrollar una mediocre política endogámica y corporativista que ha hurtado a la sociedad la aportación que con su contribución pueden hacer los economistas". De los resultados de este proceso dependen que vuelva a manos de la sociedad una herramienta que en este momento se encuentra desactivada.

A escala local, en mi escala local, Badajoz, ponemos en marcha un grupo plural en el cual convergen diversas sensibilidades y disciplinas, el Instituto de Economía Política y Humana. Tras algo más de un año compartiendo preocupaciones, compromiso y experiencias damos el paso de institucionalizarnos, decididos a crear espacios de formación, debate y difusión para una ciencia social con enormes implicaciones sobre las instituciones, relaciones y capacidades de los individuos. Abogamos por una disciplina que ayude a entender y analizar los fenómenos económicos y sociales desde una amplia perspectiva.

Las iniciativas aquí mencionadas se originan, seguramente, por el momento histórico que vivimos, donde la crisis actúa como catalizador; pero también es preciso el reconocimiento a quienes llevan años de asociacionismo, y toda una vida dedicada a la investigación y difusión de las ciencias sociales desde un ámbito plural y multidisciplinar, algo que en muchas ocasiones ha limitado su carrera profesional por no ajustarse lo suficiente a una determinada forma de hacer ciencia económica que legitima un orden social determinado. Esta estructura social ha sido construida por unas élites económicas que nunca antes en la historia habían tenido tanto poder, algo que no hubiese sido posible sin la complicidad de la clase política, pero tampoco de buena parte de los académicos, conscientemente o no. El sistema que hoy se alza en medio de la gran crisis que sufrimos nos enseña su naturaleza inestable, injusta y destructiva, alejado de los equilibrios, óptimos y perfecciones de la teoría convencional, y despojado del velo que le cubría y sin los contrapesos políticos que pudieran reformar radicalmente su deriva lógica. Hoy sabemos que el crédito que caracterizó a nuestras economías era una ilusión insostenible, que nuestras expectativas de progresar en la vida estaban ancladas a la visión distorsionada de un gigante con pies de barro, y que las raíces del sistema estaban siendo moldeadas para beneficiar a unos pocos, mientras el tronco se pudría.

Todas estas iniciativas surgen desde abajo, de la sociedad civil, al contrario que las comandadas por el IBEX35 y cristalizadas en organizaciones como FEDEA o Nueva Economía Fórum. La financiación y creación de tales organizaciones contribuyen al mantenimiento de la mayor burbuja que hoy existe: la que aísla a los ciudadanos y ciudadanas impidiéndoles entender cómo funciona el sistema, oscureciendo el discurso bajo teorías en apariencia científicas y un lenguaje tecnocrático. Basta de inflar una narración hecha a medida del establishment político-económico para contener el descontento y las demandas sociales, ¡pinchemos esa burbuja!

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