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La sección catalana del Partido Popular ha revelado su programa oculto para tratar a los inmigrantes en los próximos años, lo que ellos llaman "el problema de la inmigración". Viniendo de su representante de Cataluña, donde los populares forman poco más que un partido marginal (el 10%), sin duda se trata de algo más que ese brindis al sol que aparenta ser, y más bien parece revelarse como la hoja de ruta de Génova 13 en el tratamiento de la inmigración. Ellos consideran a los inmigrantes "un problema" sólo en los momentos de crisis, porque únicamente son la solución cuando la economía necesita quemar en sus hornos el combustible de la mano de obra barata. Alicia Sánchez Camacho, la candidata del PP a la presidencia de la Generalitat, no nos ha dado pie a albergar la menor duda: no se puede tratar la inmigración igual con un 7% que con un 20% de paro. Si amo a esta mujer es por lo bien que se explica.

El recurso a identificar al inmigrante como el okupa de los puestos de trabajo de los nacionales ha dado siempre muchos votos en los momentos de crisis económica. Aquel otro partido marginal, cuyos primeros desfiles de camisas pardas movían a risa entre la población desprevenida, pescó el poder en la Alemania de los años 30 utilizando el cebo del inmigrante delincuente y usurpador.

La expulsión de gitanos ordenada por Sarkozy se presentó como parte de un programa para combatir la delincuencia. Italia también ha pedido la reforma de la legislación europea para facilitar la expulsión de gitanos. En toda Europa crece la extrema derecha a costa de demonizar la inmigración.

Y el PP tampoco quiere perder el tren del progreso.