Fuego amigo

Juan Pablo II y el coñazo de la madre Teresa de Calcuta

Nunca en toda mi vida profesional había estado pendiente del desfile de las Fuerzas Armadas, porque estas manifestaciones del patriotismo con gente armada hasta los dientes siempre me parecieron un coñazo y un disparate. Pero este año los de la Legión habían cambiado la cabra por un rudo carnero, que además se llama Rudolf, nombre alemán que suena a película de nazis, y quería verle el tamaño de los cuernos.

Bueno, vale, confieso que también quería verle la carita al patriota de hojalata, no por nada, por comprobar si ya la traía partida de casa o se la partía alguno de los recios muchachos de la Legión, esos hombrones que, por lo que se ve, son novios de la muerte pero nunca más de Mariano Rajoy.

Ayer, cuando leí lo que unos llaman desliz, y otros, testamento político del líder del PP, pensé que había sucedido un suceso, o había ocurrido una ocurrencia (no sé cómo calificarlo) tan tragicómica como si Juan Pablo II, en la víspera de uno de sus viajes promocionales a la India, hubiese dicho a micrófono abierto: "Mañana tengo el coñazo de la Madre Teresa de Calcuta".

El caso es que hemos contemplado en televisión la llegada de Mariano con su esposa, sin apenas saludarse con nadie, y unos planos de medio cuerpo (el otro medio estaba oculto por una valla) en los que el patriota permanecía sentado, mirando al cielo amenazante intermitentemente, como esperando que escampase la lluvia. Como si fuese precisamente la lluvia la que tenía que escampar sobre su cabeza.

La fiesta que montan anualmente sus correligionarios a la llegada de Zapatero, regada de insultos (¡Zapatero asesino!), se vio muy deslucida este año, quizá porque un facha está dispuesto a perdonar hasta que la cabra sea un carnero travestido, pero no que su líder sea un patriota farsante. La Legión desfilando a una cadencia de infarto, a 160 pasos por minuto, trayendo al pobre carnero como puta por rastrojo, y él mirando de reojo el reloj. Y por si fuera poco, Carme Chacón acababa de ver cómo Obama y McCain se defendían públicamente el uno al otro, porque sabido es que perro no come perro. Así que la ministra de Defensa, llevando su papel institucional más allá de lo que es soportable sin contener la risa, le disculpó públicamente aduciendo que no creía que "el sentimiento auténtico de Rajoy (...) sea el que expresó".

Ahí queda eso. Vamos, la puntilla. Como si ahora saliese Rouco Varela en defensa de los principios morales de un tan Manolo Saco. Toda una vida dedicada a labrarme una fama de desalmado, con reserva incluida de un palco en el infierno, para que un talibán viniese en el último momento a darme la absolución. O sea, que si los socialistas tienen que salir en defensa del pobre y lenguaraz Mariano (Carme Chacón se tomó muy en serio eso de ser ministra de "defensa") es que el enfermo está desahuciado.
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Meditación para ayer, para hoy y hasta nuevo aviso:

El chico de los recados del PP, como decíamos el otro día, se ha pasado con armas e ideología al socialismo militante. Mientras su jefe se escabulle entre la bruma, huyendo de los cuernos amenazantes de Rudolf, González Pons vuelve a insistir en un populismo estúpido que no le hace juego en absoluto con su adicción a la gomina: "El PP es hoy el único abogado que les queda a las pymes y a las familias, y nos parece lamentable que un presidente que se llama socialista se haya convertido en el presidente de los banqueros". ¿Dónde guardará el señorito sus ahorros? ¿No hay nadie en Génova 13 con dos dedos de frente que le recuerde al oído que semejante discurso es un golpe directo al hígado de su propio electorado? ¿No hay nadie que le aconseje callar para que al menos le llegue a sus oídos el rumor del descojone nacional que provoca tamaña necedad?

Creo que González Pons es una joya en bruto. Una joya, porque su ideología desquiciante nos va a dar muchas jornadas de gloria. Y en bruto... pues no sé... quizá sean cosas mías.

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