Fuego amigo

A la cultura por votación popular

Por votación popular, como una variante de negocio de las compañías telefónicas con los mensajes SMS, monumentos como la Alhambra de Granada (el monumento español más visitado por el turismo internacional) o el Partenón de Atenas no merecen figurar entre las nuevas Siete Maravillas del mundo. Esto se deduce de un extraño concurso promovido por un ocioso multimillonario, más multimillonario desde hoy, si cabe, por la cantidad de incautos que, henchidos de amor patriótico, se liaron a enviar mensajes-voto por teléfono, mensajes que tenían un hilo directo con su bien surtida cuenta corriente en Suiza, ¡cómo no! (si es que a la cuenta de un multimillonario se le puede llamar corriente).

Tiene el mismo valor esta encuesta que una votación popular sobre la existencia de dios o si la Tierra es plana. Lo más que puede indicar es el gusto particular, la cultura o ignorancia de parte de la humanidad. Cuando yo estudiaba bachillerato, nos enseñaban otras siete maravillas del mundo, las de la cultura clásica, de las que sólo permanecen en pie las pirámides de Giza, la más antiguas de todas ellas, con cinco mil años aguantando terremotos e intemperie.

Una encuesta en los Estados Unidos revelaba que casi dos terceras partes de la población creen en la teoría del creacionismo del Universo. Es decir, que un dios creó al hombre, y después, sólo después, a la mujer, tal como somos hoy. Para los más apegados a la literalidad del libro sagrado, esto ocurrió hace no más de seis mil años. Esto, que es una manifiesta necedad, es una verdad absoluta por votación popular, y en algunos estados sureños, los más conservadores, las asociaciones de padres han impuesto que se enseñe esta estupidez a sus hijos en las escuelas, "como una teoría con la misma entidad científica que la de Darwin".

En una votación como esa, prima la fe sobre cualquier consideración científica. En la de las siete maravillas del mundo, me atrevo a decir que la inmensa mayoría de los votantes apenas conoce de oídas los monumentos sobre los que votaron, o, lo que es peor, lo hicieron espoleados por un curioso sentido "patriótico", como el que es socio del Betis hasta la muerte.

Cierto es que la calificación de "maravilla" es un acto subjetivo, pero no es menos cierto que la aplicación de la subjetividad no puede quedar en cualquier mano, porque un Testigo de Jehová nos prohibiría utilizar en la sanidad pública las transfusiones de sangre, los islamistas nos lapidarían por haber tenido una aventura con la vecina del cuarto B, los talibanes de Afganistán nos quemarían los cines y salas de conciertos, y los católicos nos prohibirían el divorcio y el matrimonio homosexual, sólo por poner algunos ejemplos del valor de la subjetividad de algunos sujetos.

Ahora, las Nuevas Siete Maravillas son: La Gran Muralla China, la Ciudad de Petra (Jordania), el Cristo Redentor (Río de Janeiro), el Machu Pichu (Perú), El Coliseo (Roma), Chiechen Itzá (México) y el Taj Majal (India).

Concedo que pueda ser subjetivo, desde criterios tanto arquitectónicos, culturales, históricos como estéticos la inclusión o no del Partenón o de la Alhambra en una tan constreñida lista de las más grandes siete maravillas (por no hablar de la torre de Pisa, la capilla Sixtina y otras muchas que tendréis en la memoria), pero que el Cristo del Corcovado, ese fantoche descomunal finalizado en 1931 como atracción de feria, haya sido incluido en la lista, sólo puede ser debido a la inversión mediática y la movilización de millones de personas de gusto dudoso y, posiblemente, de una ignorancia supina de lo que significan en términos históricos y artísticos las otras maravillas diseminadas por el planeta.

Cualquier día de estos, con la ayuda de las numerosas subjetividades propietarias de un teléfono móvil, veremos entre las siete maravillas a cualquier parque Disney, tan sólo porque alberga la mayor noria del mundo, o una Venecia de cartón piedra. Invirtiendo el argumento, si se hiciese una votación popular sobre cuál de estas dos "maravillas, el Guernica de Picasso y el Estadio Bernabéu, deberían ocupar el primer lugar en una nueva lista, ¿cuál creéis que ganaría?

¿Y por qué siete y no diez, como los mandamientos, o tres como los cerditos o cinco como los lobitos? Pues porque el siete es una especie de número mágico o de la suerte, presente en nuestra vida cotidiana. Os traigo un resumen de concurrencias del Siete según la Wikipedia.

Los siete días de la semana.
Las siete notas musicales.
Los siete colores del arco iris.
Los siete pecados capitales.

Las siete artes: pintura, escultura, arquitectura, literatura, música, danza, cine.
Los siete mares.
Las Siete Maravillas del Mundo clásico: La Gran Pirámide de Giza, Los jardines colgantes de Babilonia, El templo de Artemisa en Éfeso, La estatua de Zeus en Olimpia, Mausoleo de Halicarnaso, El Coloso de Rodas, El faro de Alejandría.
Los siete sabios de Grecia.
Las siete colinas de Roma.
Los siete reyes de Roma
La guerra de los siete años
El juego de los siete errores.
Las siete vidas del gato.
Las siete edades del hombre: la infancia, la niñez, el amante, el soldado, el adulto, la edad avanzada, la senilidad (según William Shakespeare).
Las siete frases pronunciadas por Jesús en la cruz.
Los períodos de siete años de vacas flacas y siete años de vacas gordas del Génesis...

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Meditación para hoy: Batasuna, una vez anunciada por ETA la suspensión del alto el fuego, busca desesperadamente, como buen órgano de propaganda, hacernos ver a los idiotas mortales que su terrorismo es de calidad, y no como el de esos desarrapados islamistas que matan en nombre de dios indiscriminadamente. La izquierda abertzale, de frágil memoria, olvida los ataques indiscriminados con bombas de Hipercor, por poner el más grave de los ejemplos. Saben que desde que Al Qaeda ha desprovisto al terrorismo de su aura de lucha liberadora de los pueblos, dictada por un ciego fundamentalismo religioso, el terrorismo de ETA se ha quedado sin la escasa cobertura moral nacional e internacional que le quedaba. Que el portavoz de Batasuna, Pernando Barrena, hable ahora, a modo de justificación, de "las diferencias evidentes" que existen entre el atentado cometido por Al Qaeda en Yemen y la acción terrorista de Barajas perpetrada por ETA el 30 de diciembre del pasado año, anticipa lo difícil que lo van a tener estos muchachos para justificar esa muerte anunciada que nos prepara su brazo armado para unos de estos días.

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