El San Jacobo es una receta tradicional que al menos, antiguamente, era muy típica en verano. Es la versión sencilla de un cachopo y del cordon bleu, y un pariente lejano de la escalopa milanesa. No es la receta más saludable que puedas comer, pero hay que reconocer que acompañados de unas patatas fritas o ensalada están buenísimos. Si son caseros, superan con creces a los preparados que venden en los supermercados. ¡Hazlo tú mismo!

Hablamos de unos suculentos libritos rebozados, con jamón cocido, serrano o lomo fino, y con queso. Si están bien hechos, cuando los cortas el queso fundido se desparrama por el plato. Tienen una capa crujiente que repica en el paladar. Como es un alimento calórico, solo debería tomarse esporádicamente. Se comen también fríos, por lo que es una receta idónea para un día de playa o una excursión, sobre todo si vas a hacer ejercicio.

Receta de San Jacobo

Ingredientes 2 personas:

• 8 lonchas de jamón cocido o serrano.
• 4 lonchas de queso gouda o havarti.
• Harina.
• 1 huevo.
• Pan rallado.
• Aceite de oliva virgen extra.
• Sal.

1. Prepara el relleno:

Debes ir dándole forma al librito desde el principio. Pon una loncha de jamón cocido, añade encima una de queso, y ciérralo con otra de jamón. Debe quedar igualado, en forma cuadrada. Ayúdate con un cuchillo o plegando el jamón. Puedes también reforzar el San Jacobo echando más lonchas de jamón y queso. Apriétalo, que esté firme.

2. Reboza y fríe el San Jacobo:

Pasa los libritos por harina, luego por huevo batido, y entonces por el pan rallado. Deben quedar bien cubiertos para que después se forme la costra, que queden sellados y empanados por todas partes. Algunos cocineros repiten la operación (otra vez harina y luego más huevo y pan) para asegurarse. Pon a calentar abundante aceite y, cuando esté a alta temperatura (unos 180 ℃), fríelos por ambas caras. Una vez dorados, pásalos por papel absorbente para retirar el exceso de grasa. Sírvelos inmediatamente.