La trama mediática

Vuelven los huevos de antes

Avancemos retrocediendo, es lo que se lleva. Aquí, y en la cuna (risas) de la libertad, los Estados Unidos, donde un spot de una marca de pantalones que prometo no usar proclama: "Les quitaron los pantalones y los dejaron tirados entre la niñez y la androginia. Necesitamos héroes, necesitamos adultos, necesitamos hombres que se olviden de una vez de las ensaladas y liberen al mundo de la complacencia. Ha llegado la hora de responder a la llamada de la hombría". No les daría noticia de esta memez supina si no fuera porque José María Marco se ha apresurado a hacer la ola al casposo mensaje desde su columna en La Razón. Tomen aire y lean: "Los publicitarios, como suele ocurrir, han dado en la diana y han caracterizado una de las situaciones más propias de esta nuestra postmodernidad: el asedio a la masculinidad y la inseguridad que se ha logrado inculcar a los varones". Una vez más, el eslogan de aquella granja avícola: "Vuelven los huevos de antes".

Claro que, para lemas, el de la Jornada Mundial de la Paz, convenientemente aventado por Cope: "Si quieres promover la paz, protege la Creación". ¿Y este ramalazo eco-pacifista? No les sé responder, y aún menos, después de atender a las explicaciones de la emisora episcopal, que no se apea del burro del planeta construído y amueblado en seis días más el de descanso por convenio divinal: "Como ha señalado Benedicto XVI, la Iglesia tiene una responsabilidad respecto a la creación y se siente en el deber de ejercerla también en el ámbito público, para defender la tierra, el agua y el aire, dones de Dios Creador para todos, y sobre todo para proteger al hombre frente al peligro de la destrucción de sí mismo".

Turcos en el Camp Nou

Ya, y el Madrid, ¿otra vez campeón de Europa?, preguntaría el anciano del anuncio. De Europa, tal vez. De la liga española, eso es otro cantar, según el merengue Alfonso Ussía, que convirtió ayer su columna deportiva de La Razón en venda anticipatoria a la herida culé: "La Liga ya tiene dueño. El Barça. Y en la presente edición, no por su gran juego, sino por su gran chollo. El arbitraje. Villar le debe mucho al Barcelona y éste corresponde por medio de los árbitros. Imposible que señalen un penalti a los azulgrana en el Camp Nou". Después de esa llantina de forofo con mal perder, aún se permite rematar así: "Y encima lloran. Público histérico y excesivamente mediterráneo, más turco que griego". Pretendía ser un insulto, me temo.

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