La trama mediática

Cacarean, luego cabalgamos

Inspirados por las palabras del presidente del Constitucional, los heraldos de la ranciedad se han matriculado en un curso CCC de Avicultura práctica. César Vidal hace sus ejercicios en La Razón y se ve que va a por nota: "Reconózcase, sin embargo, que se esperaría que Sala, puesto a identificarse con una animal de pluma, lo hiciera con otro que no sea especialmente conocido por su impenitente tendencia a la prostitución y su habitual búsqueda entre el estiércol a la caza de sustento".

Más técnico, Román Cendoya trata de demostrar en La Gaceta lo versadísimo que está en cuestión de plumas parduzcas: "[Pascual Sala] tiene la piel de gallina, que debe de ser transgénica, por estar dotada de pico sectario y selectivo, ante las críticas sobre su complicidad en la apertura de los ayuntamientos a ETA". José García Domínguez, que es de letras y se le nota, evita meterse en honduras y propone una sugestiva tesis en Libertad Digital. Tal vez se nos escapó una tilde: "Lo revelado por don Pascual es que él tiene carné de gallina. Asunto harto distinto, huelga decir. Una militancia activa, la de Sala en la causa de las aves de corral, que tampoco debiera llamar al asombro a nadie".

Dios en Lorca

Pillado en renuncio y con la materia sin empollar, Ignacio Ruiz-Quintano se lía a hablar de otros pájaros de cuentas en ABC, a ver si cuela: "Si en lugar de estar en Pakistán, hubiera estado en España, ese Bin Laden podría haber abrazado la democracia, para regocijo del columnismo de clase, presentándose a concejal de la cosa". Si eso vale como respuesta de examen, también habrá que aceptar la de Isabel San Sebastián en El Mundo. ¿No hablamos de gallinas? Pues toma sopicaldo: "Zapatero, que llegó al poder a lomos del 11-M y se mantiene en él gracias al PNV jugando en el Constitucional el juego que quería ETA, sitúa al PP en la derecha extrema por 'utilizar el terrorismo' como argumento de campaña".

Fuera de la granja, impresionante el consuelo que envía el editorialista de Cope a los daminificados por los terremotos de Lorca: "Tenemos otra fuerza que reside en el corazón de cada hombre, sostenida por el Dios que es amor, que sufre con el hombre y le ofrece la respuesta definitiva. Esta fuerza es la que permite hacer frente a catástrofes como las que sufre ahora la noble, bella e histórica Lorca". La Iglesia, siempre aportando soluciones prácticas.

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