La trama mediática

ZP jugando con sus bolitas

Nuevos capítulos del cronicón socialista a cargo de los emplumados diestros. Como, a fuerza de repetirse, la novela amenaza tornarse aburrida, hay que echar mano de titulares con gancho. La Razón lo borda en primera: "Rubalcaba amaga con tirar la toalla por el 'juego de la niña' Chacón". Aunque vean comillas, el tal 'juego de la niña' es cosecha del portadista, tan imaginativo como César Vidal que se larga una versión libre de "El motín del Caine" ambientada en Ferraz: "Las elecciones del 22-M dejaron de manifiesto que ZP es un capitán Queeg que llegó a La Moncloa hace siete años gracias al atentado terrorista más espantoso de la Historia de España. Su sobrecogedora enfermedad quedó de manifiesto cuando, esa noche, en lugar de anunciar su dimisión y la convocatoria de elecciones generales, se colocó delante de los micrófonos y comenzó a jugar compulsivamente con sus bolitas preferidas".

En la misma línea creativa, el editorialista del papel azul titula: "Guerra civil en el PSOE". Debe de tener información más actualizada que Ignacio Camacho, que en ABC deja la cosa aún en fase de intentona: "Entre ataques de cuernos y ajustes de cuentas se fragua una asonada de coroneles". Uno de los sublevados, ya en la reserva, pero con ganas de enredar, es Joaquín Leguina, que se acuartela en La Gaceta, apunta y dispara: "La gente normal del PSOE quiere que ZP y sus viudas se vayan a casa".

Isabel San Sebastián improvisa

Por respeto al escalafón, atendemos a la generala Isabel San Sebastián, que manda firmes en El Mundo y anuncia: "Así, a vuelapluma, siete conclusiones sobre este 22-M". Ahora que sabemos que sus columnas son, en realidad, improvisaciones al tuntún, estamos listos para tragarnos la primera de las grageas: "La traición a España de Zapatero, el PSOE y sus progresistas del Tribunal Constitucional ha dejado a millares de ciudadanos a merced de la opresión terrorista, además de sumir al País Vasco y al conjunto de la nación en un proceso de descomposición acelerada".

Para llegar al punto final, atajamos por la acampada de indignados en Madrid, que según un intrépido reportero de Libertad Digital, es el extrarradio de Río de Janeiro. "La favela de Sol crece ante la pasividad de las autoridades", denuncia el tribulete, que también advierte: "Se ha habilitado una zona para biblioteca, donde se han colocado unas estanterías con libros". ¿Libros? Intolerable.

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