Versión Libre

Cuando se pierde por completo el sentido de Estado

La visita que realizó ayer a Melilla el dirigente del PP Esteban González Pons quedará en los anales de la política como un ejemplo de la irresponsabilidad y carencia de sentido de Estado a que puede llegar un partido en su afán por conquistar el poder. En una maniobra que el diputado de IU, Gaspar Llamazares, calificó certeramente de "provocación" y "barbaridad", el vicesecretario de comunicación de los conservadores acudió a la ciudad autónoma con el objetivo manifiesto de agitar contra Zapatero un incidente fronterizo con Marruecos. Un suceso que forma parte de los roces habituales de una difícil relación de vecindad y que se debe intentar resolver con la mayor serenidad posible pese a las provocaciones de los activistas marroquíes y la falta de cooperación de Rabat.

Sin embargo, lejos de llamar a la tranquilidad y el entendimiento, González Pons se dedicó a echar leña al fuego sin reflexionar sobre las consecuencias que su incontinencia verbal podría acarrear. Habló de "máxima tensión" y de la posibilidad de un "conflicto" con Rabat. Propuso, apelando al nacionalismo español más rancio, la recuperación de la tierra de nadie que media entre Melilla y Marruecos. Acusó al Ejecutivo de "abandonar" a los melillenses y proclamó que, ante semejante vacío de poder, el PP había tenido que acudir en su protección para transmitirles que "España está con ellos". En esa espiral de dislates se esforzó incluso por revolver a las fuerzas de seguridad contra el Gobierno de su propio país, en una demostración elocuente de patriotismo conservador. Todo vale en el proyecto de Rajoy para llegar a la Moncloa.

Más Noticias