Balagán

Pacifistas de salón

En un lugar como Oriente Próximo donde abundan las frases memorables, los dirigentes israelíes son los grandes especialistas. Entre ellos, el campeón de campeones por méritos propios (no creo que nadie se lo discuta) es Shimon Peres. Peres es capaz de deslumbrar al occidental más despistado con frases de terciopelo incomparables. En Israel ya lo conocen y desde hace mucho tiempo lo tienen por un manipulador consumado. Pero hoy no toca hablar de Peres sino de un aventajado discípulo suyo, Ehud Barak, que ayer pronunció un par de fracesitas memorables.

"La clave para cambiar la legitimidad de Israel y para quitarnos al mundo de encima es reiniciar un proceso de paz global, utilizar esta oportunidad para lograr acuerdos completos, particularmente con los palestinos, a pesar de su elevado coste", ha dicho.

"La situación de Israel sería completamente diferente si se le percibiera (en el mundo) como un país que trabaja firmemente y está dispuesto a adoptar decisiones. Esto es prácticamente lo único que puede cambiar la situación de Israel", ha dicho.

Es conmovedor escuchar a los dirigentes israelíes hablar de paz cuando están en la oposición o cuando no pueden hacer nada, como es el caso de Barak. Ehud Barak, como Shimon Peres, ha sido primer ministro. En realidad, los dos asfixiaron a los palestinos, cada uno en su momento, y por si esto fuera poco rompieron las negociaciones con Siria. Luego, cuando no pueden hacer nada, les gusta hablar de paz con palabras grandilocuentes. Es una actitud muy israelí. Las dos frases de Barak citadas muestran que los líderes israelíes saben muy bien lo que tienen que hacer: acabar con una brutal ocupación y con la expansión constante de las colonias judías, también en el Golán, aunque luego, cuando llegan al poder, hacen justamente lo contrario: mantienen la ocupación y expanden las colonias. Peres y Barak también lo hicieron. Sus presuntos sarpullidos pacifistas sólo convencen a los incautos o a los ingenuos.

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