Balagán

Mala estrella

El príncipe Bandar bin Sultan, también conocido como Bandar bin Israel, ha sido la piedra angular de la política saudí con respecto a Irán y Siria.

Como jefe de los servicios secretos ha dirigido todo el poder de este país de inmensos recursos económicos contra Teherán y Damasco, alentando especialmente a los grupos yihadistas más extremistas no solamente con palabras sino también con armas y un generoso talonario.

Pero desde hace algunas semanas Bandar parece haber caído en desgracia y su figura no se ha visto donde debía verse. Su lugar lo ha ocupado el príncipe Muhammad bin Nayef, que es el ministro del Interior.

¿Dónde está Bandar? No se sabe con certeza. Unos dicen que está recibiendo tratamiento médico en Estados Unidos, y otros creen que vive arrinconado en Arabia Saudí.

El hecho de que no se le vea por ninguna parte ha suscitado bastantes rumores que no han sido confirmados en ninguna parte. Uno sostiene que Bandar ha caído en desgracia a los ojos de Washington probablemente porque prometió resolver el conflicto sirio rápidamente y ya han transcurrido tres años desde el inicio de las revueltas.

Bandar, que durante muchos lustros fue embajador en Washington y que siempre ha mantenido unas relaciones excepcionales con la CIA, ha apadrinado a grupos yihadistas vinculados con Al Qaeda, pues pensaba, y con razón, que sus hombres eran los más decididos a sacrificarse, aun arriesgando sus propias vidas.

De Bandar se dice que ha visitado frecuentemente Tel Aviv en los últimos años y que su talante mafioso ha contado con el visto bueno de Israel y de Estados Unidos.

Otra versión sostiene que Bandar ha dejado de ser útil en el frente iraní una vez que los americanos han optado por abrir una vía de diálogo con Teherán, para gran disgusto de Israel.

Casi todo son especulaciones en torno a la posible mala estrella de este príncipe y quizá será necesario que pase algún tiempo para ver si realmente Estados Unidos ha decidido dar un giro a su política en Oriente Próximo.

Más Noticias