Cartas de los lectores

19 de junio

¿Quiénes son nuestros representantes?
Escudados en una Ley Electoral ad hoc, la clase política vive plácidamente en su esfera de cristal, blindada contra el ruido y las protestas de la calle. Pero hoy, paradójicamente, son ellos quienes se sienten indignados con el estallido social emergente. Entre ellos se oye el argumento de que son los representantes del pueblo, pero lo que han hecho ha sido construir un binomio que, a lo largo de las ultimas décadas, ha provocado el colapso social y la venta por partes del Estado. Curiosamente, mientras los "representantes populares" devoran abierta e impunemente los presupuestos del Estado con las malas artes de la corrupción, el pueblo es acusado y martirizado como único culpable de la crisis reinante.
De ahí la meteórica perdida de derechos fundamentales, la coacción de libertades y, lo más grave, la idea de una sola gobernanza mundial, política y económica.
Luis Enrique Dorado Madrid

¿Acaso no deberíamos ser
todos ‘indignados’?
Soy un ciudadano común, tengo la suerte de tener una casa y trabajo (aunque como autónomo) y por ahora puedo ir tirando, pero, al contrario que muchos políticos, creo en las personas que se están manifestando. Aunque algunos lo nieguen, España pasó por una época de dictadura y nuestro sistema democrático, al ser muy joven, puede no estar bien planteado. Viendo los últimos 30 años, es hora de cambiar. Pero ¿porqué ese temor al cambio? ¿Acaso lo único a lo que ansían los gobernantes es a mantener el statu quo? No hace tanto, muchos de los que hoy gobiernan se manifestaban para apoyar a la democracia. ¿Qué ha pasado con ellos? Señores políticos, escuchen a la gente, comiencen a velar por las personas y no por las empresas y el dinero.
David Otero
Valldoreix (Sant Cugat del Vallès)

Desgraciadamente, no asistimos a la fiesta de la democracia
Inmisericorde, la derecha viene arremetiendo contra el 15-M desde el inicio de las acampadas. En unas declaraciones incalificables, un exmiembro del Grapo con ínfulas de historiador pidió actuar sin contemplaciones contra los indignados a los que, en una extrapolación intolerable, tachó de delincuentes. La presidenta de la Comunidad de Madrid los tilda de germen totalitario y reivindica unos principios apoyados en la democracia liberal. Los indignados, además de malvivir en una situación que alimenta su indignación, protestan activa, responsable y pacíficamente contra la degradación de la política y de los políticos. Es lógico que exterioricen su indignación, pero no lo es tanto que Aguirre ignore que en muchos de esos actos un montón de imputados, en general por casos de corrupción, sienten mando en plaza con la aquiescencia de sus partidos. Ni tampoco que hable de fiesta de la democracia. Si acaso, debería hablar de farsa.
José Cienfuegos González

Madrid

El pánico de los empresarios
y el de los trabajadores
Trabajo en una administración de la Agencia Tributaria desde hace casi 20 años. La realidad que me vengo encontrando de un tiempo a esta parte al cumplir mi tarea es la de jóvenes que ganan menos de 600 euros al mes y hacen jornadas de más de 12 horas diarias en centros comerciales; comisionistas de grandes compañías de energía cogidos a prueba durante un mes o dos a los que la empresa no paga ni los contratos que cierran porque no alcanzan un mínimo (es decir, que trabajan gratis, como en los buenos tiempos de la esclavitud); camareros sin relación laboral ni derecho social que valga obligados a darse de alta como "profesionales de hostelería" en vulneración salvaje del Estatuto de los Trabajadores; administrativos de empresas de transporte también sin contrato laboral y forzados a darse de alta como autónomos (se les llama "coordinadores de logística", expresión muy fina que esconde falta de derechos y, por supuesto, despido gratuito).
Estos y otros abusos son los que dominan la realidad laboral del país. ¿De qué demonios sienten "pánico" entonces los empresarios al contratar, según aseguran el presidente de la patronal y el gobernador del Banco de España? ¿Qué pretenden? ¿Que se restituya la esclavitud ya de forma abierta? ¿O es que empiezan a sentir "pánico" por si los trabajadores acaban hartándose de verdad y deciden que ha llegado el momento de que todo reviente, antes que dejarse matar de hambre? Pues igual por esto sí que deberían preocuparse, porque todo el mundo tiene un límite, incluidos los esclavos.
Ricardo Rodríguez del Río
Leganés (Madrid)

El Partido Popular, instalado
en la insensatez de siempre
Está visto que el PP no va a cambiar, sigue erre que erre a lo suyo, que es alcanzar el poder a cualquier precio y cuanto antes. Para ello recurren a la falsedad sin importarles el daño que puedan producir a la economía al sembrar la desconfianza de los inversores internacionales. Da la impresión de que su capitán, el que aspira a gobernar este país dentro de unos meses, es incapaz de imponerles un mínimo sentido de Estado. Cabe preguntarse el porqué, aunque aparentemente es muy fácil: hay que curarse en salud para aplicar unas medidas –a cargo, como siempre, de los más débiles– y preparar el terreno para echarle las culpas al que les va a dar el relevo. Parece un ensayo de lo que puede ocurrir si por desgracia alcanzan el premio que tan afanosamente buscan, ya son sintomáticas las declaraciones de Rajoy de respetar el Estado del bienestar pero con la coletilla del "si se puede". Me parece que estamos saliendo de Málaga para meternos en Malagón.
Juan José Almarcha Espín
Madrid

Más Noticias