Cartas de los lectores

22 de octubre

El futuro es de los que aman la paz y la libertad
El Estado de derecho, la legalidad y la Justicia han conseguido sus objetivos. No ha habido que pagar un precio, ni tampoco ha habido contrapartidas. Las víctimas del terrorismo etarra siempre ocuparán un lugar insustituible en nuestra memoria colectiva.
ETA ha anunciado el cese definitivo de su acción armada, un primer paso imprescindible para la paz. Pero ahora debe entregar las armas y disolverse para luchar políticamente por sus objetivos en pie de igualdad con todas las demás fuerzas políticas de Euskadi y de España. En democracia sólo valen los votos y la legalidad; no puede haber atajos, ni privilegios para nadie. Es el momento de la gran política. Aquella que venga a reforzar nuestras instituciones y nuestro Estado de derecho. Hemos conseguido acabar con el último vestigio del franquismo. El futuro es y seguirá siendo de los demócratas... de los que amamos sobre todo la libertad y la paz.
Luis Pozo Juárez Atarfe (Granada)

Algunos no pueden remediar
su pánico ante el fin de ETA
No lo pueden remediar. Los agoreros, los apocalípticos, los cuantopeormejor, los nostálgicos de otros tiempos, los manchapapeles están descompuestos. Están nerviosos. Tenían pánico a la buena noticia que casi todos esperamos desde hace muchos años, y que, por fin, se ha producido.
Buscan argumentos espurios para justificar su cabreo. Tienen que pedir perdón, dicen. Y seguramente tenga que ser así; de hecho, ya han pedido perdón algunos, pero lo que de verdad hay que conseguir es que no haya más muertos y que el pueblo vasco sea, democráticamente, lo que quiera ser.
José Enrique Muñoz Blanco
Madrid

Lo lamentable y lo esperanzador de nuestro tiempo
Qué diferente sería el rostro del mundo si en la lista de prioridades de los estados no estuvieran el aprovisionamiento de armamento y la instalación de escudos antimisiles, sino la lucha contra los paraísos fiscales y la implementación de recursos para erradicar el hambre. Qué distinta sería la atmósfera social si la educación fuera más rica en humanidad que en ambición materialista, si estuviéramos dispuestos a pasar más tiempo en la cola de una exposición fotográfica que revela y denuncia el atropello de los derechos humanos que en la formada para comprar el último modelo de teléfono móvil. Qué tranquila resultaría la convivencia entre diversas culturas si el poder de la razón y el convencimiento prevaleciera y arrinconara al del fanatismo y la imposición.
Por un lado, es lamentable y descorazonador ver que, tras siglos de injusticia, locura y dolor, las ideas que cultivan el abuso, el enfrentamiento y el rencor aún no están en periodo de extinción. Por otro, es alentador escuchar a millones de ciudadanos repartidos por el planeta solicitando un presente y un futuro más agradable, equilibrado y esperanzador.
Alejandro Prieto Orviz

Gijón (Asturias)

La diferencia entre
las calles y las urnas
Recuerdo las imágenes de las manifestaciones del 15-M y su bonito lema "Unidos por el cambio global" mientras temo que en España, su cuna, el único cambio que se va a producir va a ser el de un partido por otro muchísimo peor. No puedo creer que los ciudadanos más o menos progresistas no vayan a cambiar su último voto de castigo al PSOE cuando están viendo cómo el PP ya está recortando en cuestiones esenciales como la educación y la sanidad, que el PSOE no tocó.
Si con esto no ven la que se avecina, si creen que el PP va a acabar de golpe con la crisis y el paro... ¡que dios nos coja confesados!
Mª Isabel Chicote Callejas
Madrid

De camino a la utopía pasando por la Puerta del Sol
El pasado 15 de octubre me encontraba andando muy despacio en medio de la calle Alcalá, entre la plaza de Cibeles y la de Sol, en dirección a esta última. Eran aproximadamente las siete de la tarde y el sol acostado me daba de lleno en la cara, dificultándome la visión de lo que me esperaba por delante. Me hizo gracia que la Puerta del Sol (el destino de mi paseo) y el sol estuvieran alineados frente a mí, en un –por cierto– bonito atardecer. Recordé unas palabras de Eduardo Galeano: "La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar".
Mateo Aguado
Madrid

Cada día me gusta más
el color verde
Desde hace muchísimos años, el verde es el color característico de la Guardía Civil. En el siglo XX, pasó a convertirse en el símbolo de la sostenibilidad del planeta y de la lucha contra el deterioro progresivo de nuestro entorno, tanto urbano como rural. Desde que los docentes de la educación pública han decidido ponerse camisetas verdes, es un color denostado por los miembros del PP. Este color les irrita, porque representa la debilidad con la que los señores políticos, en este caso tres señoras del Partido Popular (Aguirre, Figar y Delibes) de la Comunidad de Madrid, han tomado decisiones respecto de la educación pública. Ya me gustaba el verde, pero ahora me gusta aún más.
María de María

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