Cartas de los lectores

18 de agosto

¿Granada, ciudad acogedora?
En el mediodía del pasado martes 12 de agosto, en una calle en obras cerca del centro de Granada, cuatro personas asistimos a la detención de una persona de color que vendía gafas de sol.
Dos agentes jovenes vestidos de turistas lo detuvieron con empujones y golpes, le pusieron esposas y se lo entregaron a otros dos que aparecieron segundos después.
Como no es la primera vez que se produce tal acto hacia los inmigrantes indefensos en Granada, quizás el señor alcalde pueda informar sobre el respeto que tiene Granada hacia su población extranjera, tal y como lo acaba de definir en un país latinoamericano la señora vicepresidenta del Gobierno.
Ignacio Mejía Gómez / Granada

¿Hasta cuándo?
El canon digital, al que se denomina un "derecho de remuneración de gestión colectiva forzosa", es una medida que también se aplica a CD y DVD vírgenes, y en los últimos meses también a otros aparatos de almacenamiento electrónico. Se trata de un pago totalmente injusto para los consumidores que debe acabar cuanto antes.
En la práctica, consiste en que todos los ciudadanos pagan preventivamente por un "delito" (la copia ilegal) antes de saber si lo van a cometer o no. Por ejemplo, un estudiante que utilice un CD o DVD para guardar imágenes o información de sus estudios pagará derechos de autor por copia ilegal de música. Es tan absurdo como si, al comprar un cuchillo, nos metieran en la cárcel "preventivamente", por si acaso matamos a alguien con él.
En la campaña electoral de las pasadas elecciones, Zapatero prometió dar una pronta solución a este problema del canon digital, al que calificó de "solución provisional". Sin embargo, ya han pasado más de tres meses desde las elecciones y la solución no llega. Mientras tanto, los ciudadanos seguimos pagando este indigno gravamen indiscriminado. La pregunta es: ¿hasta cuándo?
David González Lago / Córdoba

La otra cara del bienestar
Viendo películas como Los olvidados de Luis Buñuel o Salaam Bombay de Mira Nair asistimos al frío testimonio de la sociedad actual, en la que cada vez más personas caen fuera del sistema social o, directamente, no tienen cabida en el actual "estado del bienestar".
En La Coruña, en la misma capital, conozco algunos de estos casos personalmente, que son sencillamente escalofriantes. Hace relativamente poco, la justicia francesa ha reconocido el "derecho de estas personas a tener una vivienda", exigible en los tribunales; de este modo, en Francia se ha abierto el camino para que se aplique la ley y se construyan más viviendas sociales.
Nuestra Administración, tanto local como autonómica, sigue en sus trece y hace todo lo que puede para retrasar las demandas sociales, sean de vivienda o de un simple alojamiento, poniendo todo tipo de trabas administrativas para cumplir la ley o para construir más viviendas sociales.
Entre otras disculpas, dice que no hay suficiente dinero público para ello...
Más recientemente, el Ayuntamiento de La Coruña, a través de su ya ex concejala de Urbanismo, nos hablaba estos días de las previsiones municipales del nuevo plan y de que un 40% de las viviendas será de protección oficial, sin más concreción.

Con un Gobierno autónomo en plena crisis, en un momento en que los sondeos de opinión reflejan las intenciones de voto, es conveniente decir que las directrices del referido plan municipal no se concretarían hasta después de que hayan pasado las elecciones. Huele a humo.
Luis Enrique Veiga Rodríguez / La Coruña

Falacias
Nuestra infancia siempre ha estado acompañada de mitos, imprecisiones, leyendas y falacias. Entre estas últimas hay una que ahora, en estas Olimpiadas, ha quedado distanciada. El eslogan elegido por Televisión Española, "A por ellos", nada nuevo en este país, ha dado buena cuenta del romántico y melifluo "Lo importante es participar".
Por fin llamamos a las cosas por su nombre. ¿Cuál será la siguiente en caer? ¿"La excepción confirma la regla"?
Antonio Pamos de la Hoz

Perros en la playa
Celebro la decisión del Ayuntamiento de Cádiz de defender  la ley estatatal que prohíbe que los perros vayan a "pasear", es decir, a "hacer sus necesidades" en la playa.
Bastante tenemos, y eso hay que solucionarlo,  con tener las calles llenas de excrementos y orina.  Aquí, en cuanto a  civismo con los perros, estamos todavía en la Edad Media; quizás, cuando esto se supere,  se pueda admitir el uso canino de la playa. Hoy debemos exigir más seriedad a la Administracion  en el cumplimiento de otra responsabilidad que también contempla la ley: el abandono de perros en verano. Pero ¿qué se puede esperar si las leyes   no exigen el microchip?
Como portavoz de una plataforma vecinal que reclama a la Administración la exigencia de responsabilidades a  los dueños de perros, me satisface que la iniciativa de permitir su acceso a las playas sea criticada por los ciudadanos que reclaman su derecho a tener la playa libre de residuos caninos.
Una cosa es luchar contra el maltrato animal, valorar su compañía  y fidelidad... y otra cosa es la higiene.
Antonio González Barrera / Sevilla

Para el público
La semana pasada me acerqué a la ciudad de Segovia para visitar algunos monumentos destacados de esta ciudad castellana. Concretamente visitamos varias iglesias, y nos llevamos la grata sorpresa de que estaban abiertas casi todo el día.
Además encontramos en cada una a un guía que la cuidaba y que se ponía a disposición de los visitantes de modo gratuito. Francamente, una no está acostumbrada a este trato profesional, amable y oportuno.
Este sistema forma parte del plan de verano patrocinado por la Junta de Castilla y León. Me parece que este es el modo de emplear bien los dineros al servicio de los ciudadanos.
María L. Aparicio / Madrid

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