Cartas de los lectores

28 de agosto

Poca moral
Que el PP exija celeridad en la identificación de los cadáveres del accidente de Barajas para poder entregar los cuerpos a las familias demuestra la baja catadura moral de ese partido político. Y no sólo por el asunto del Yak-42.

Imaginemos que se descubriera que no se ha tratado de un accidente sino de un asesinato masivo. Imaginemos que el número de víctimas no fuera 154 sino centenares de miles. Pero imaginemos que no hubiera ocurrido hace una semana sino hace 70 años y que los cuerpos estuvieran en cunetas y en fosas comunes. El PP estaría en contra de investigar esas muertes, de la identificación de los cadáveres y de la entrega a sus familias. Eso sí, sus muertos siguen en los rótulos de las calles y en los altares. Y si es posible decir "sus muertos" es porque ellos mismos así lo ven, ya que es precisamente ese partido el que se suele oponer a que cambien las cosas en las votaciones de los plenos municipales.
Lo primero que deberían hacer es identificarse ellos mismos con el respeto a toda la sociedad y con la legislación nacional e internacional en materia de derechos humanos.
Miguel Hernández / Valencia

Funeral de Barajas
Ante la noticia de la celebración el próximo 11 de septiembre del funeral de Estado de confesión religiosa Católica, por las víctimas del accidente aéreo ocurrido en Barajas, quedo reflexionando no sólo por el desprecio a personas de otras creencias religiosas, sino también en el poder manipulador de la Institución Católica en España. Después de 30 años de democracia, aún continúa imponiendo a la sociedad su exclusiva representatividad a pesar de la pluralidad religiosa existente.

La ceremonia fúnebre será un reconocimiento del pueblo a los difuntos y a los familiares y aunque algunos, como el presidente del Gobierno, indiquen que no es oficialmente de Estado, todos los estamentos sociales estarán representados, incluida la Casa Real y el propio Gobierno.
Francisco Bernal / Granada

La historia según Bono
El presidente del Congreso, José Bono, se ha negado a retirar los cuadros de los tres presidentes de las Cortes franquistas que todavía se exhiben en los pasillos de la Cámara Baja, alegando un respeto por la historia de España. Lástima que no mostrase el mismo respeto a la bandera republicana desplegada por un grupo de represaliados y perseguidos por la dictadura, que estaban recibiendo un homenaje en el Congreso democrático por el que tanto lucharon. Los que, pagando con su vida y su libertad, lucharon por que caballeros como el señor Bono pudieran llegar a presidir algún día instituciones democráticas, son tratados casi como delincuentes y echados de ellas de mala manera; los que sostuvieron una dictadura durante 40 años tienen retratos suyos colgando en las paredes de estas instituciones. Ya puestos a "respetar" la historia, debería seguir siendo fiesta nacional el día del Alzamiento Nacional el 18 de julio. A lo mejor es que para el señor Bono, unos y otros forman parte de la historia de la España, pero unos son más historia que otros.
Fernando Laviana / Sevilla

Encierros y demás

Una de las principales razones (si no la principal) aducidas por los defensores de mantener encierros, capeas, novilladas, corridas y demás machotadas locales es el respeto a las tradiciones. Puesto que seguir con unas sí y con otras no va contra el derecho democrático que se practique aquellas que cada grupo tiene por propias.

Que se agrupen y formen peña los nostálgicos que añoren atar una ristra de latas vacías al rabo de los perros callejeros, aquellos que echan de nos degollar pollos en comandita de amigos la víspera de la fiesta mayor. Que recuperen los más jóvenes, si así lo quieren, las típicas costumbres de apedrear gatos en los callejones y subirse a los árboles para matar pájaros con tirador. Y, allí donde se lleve desde siempre, que se siga tirando cabras desde el campanario, que decapiten gansos entre aplausos, que desangren cerdos vivos o exterminen toros a lanzadas... ¡Como toda la vida!
Enrique Chicote / Arganda del Rey (Madrid)

Sucedió en Almería
Algunas de las cacicadas del nuevo sheriff del PP de Níjar (Almería) se pueden resumir como describo a continuación. En las fiestas del barrio de Las Negras, la Policía local detiene a un malabarista por estar bebido, como lo estaba el resto de la gente, y lo abandona descalzo en una playa aislada y alejada de la población.

Tres más tarde, en San José, detienen a un inmigrante por llevar una bota de vino colgada del cuello. Se la requisan y la arrojan a una papelera, cuando tan sólo contenía refresco de cola. Su delito debió de ser el no integrarse en la cultura española al haber rellenado la bota typical Spanish con un líquido que no era vino.

En otra ocasión, en San Pepe, el sheriff en persona le quita la licencia de venta a un artesano por haber este discutido con uno de sus agentes. Evidentemente, son tiempos obscuros aquí en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. Y lo que nos queda.
Gonzalo Polo Prieto / Almería

Una pose fingida
El aumento de la tasa de morosidad de los créditos puede no preocupar mucho al vicepresidente económico, Pedro Solbes, que sigue declarando estar "muy tranquilo" con la situación del sistema financiero español. Es más, apunta que "eso puede ser un problema de los bancos".

Sin embargo, a nadie escapa que el dato –más del doble del registrado en 2007– es un nuevo y preocupante eslabón que se añade a la interminable cadena que cada día lastra un poco más la economía de este país.
También lo es que históricamente las familias españolas escatiman recursos de donde sea para hacer frente al pago de sus hipotecas. Pero con 28.408 millones de euros atrapados ya en créditos dudosos y el Euribor en máximos, el sosiego que siempre se empeña en aparentar Solbes ya se asemeja más a una pose fingida que a una reacción seria ante la vertiginosa tendencia de la morosidad.
Jesús D. Mez Madrid / Girona

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