Cartas de los lectores

19 de marzo

Los informes del BBVA
Actualmente, basta con que una empresa u organismo publique un informe con los datos que quiera para que tales doctrinas se conviertan en dogma de fe incuestionable.
Así ha sucedido con las observaciones del BBVA sobre la crisis que vivimos. Estos proponen reducir las cotizaciones de las empresas a la Seguridad Social y compensarlo subiendo el IVA; es decir, que las empresas paguen todavía menos y los ciudadanos más. Y no olvidemos que se recauda más mediante el pago del IRPF que a través de lo que pagan las empresas por el Impuesto de Sociedades.
Además, este tipo de informes fomentan el alarmismo al afirmar que llegaremos a 4,5 millones de parados. Qué distinto fue el discurso de el presidente norteamericano, Barack Obama, que alentaba el optimismo y prometía un país más fuerte tras la crisis.
Luis Miguel Rodríguez /Madrid
La lección de economía
Visto que nuestro presidente lleva acumuladas unas cuantas lecciones de economía y se codea con premios Nobel –aunque salga escaldado del envite–, vamos a incorporarle una más con dos ejemplos prácticos. El economista o gestor tiene una difícil misión, que es satisfacer unas necesidades ilimitadas con una restricción presupuestaria cierta.
Tenemos el caso de la segunda cadena de alimentación a nivel nacional, que se ha colocado en el primer puesto en el ranking de notoriedad publicitaria al ser el número 22 en gasto en publicidad. Por otro lado, y a colación con lo que decía Paul Krugman, el último Premio Nobel de Economía, muchos de los trabajadores del sector privado tienen altas tasas de productividad y su incremento salarial está por debajo de los aumentos recibidos por los funcionarios (que generan gran parte del gasto corriente de los Presupuestos Generales del Estado), cuya productividad es bastante bajita.
La conclusión es que el presidente tiene que tomar nota para asignar esos recursos limitados de manera eficaz y lograr de esta forma la eficiencia económica y no meternos en un déficit público galopante y sin solución de continuidad.
Antonio Casterá/Puerto de Sagunto (Valencia)

El derecho de asilo
Me preocupa el hecho de que el incuestionable derecho al asilo se esté poniendo demasiadas veces en duda a un nivel coloquial y ciudadano. Creo que el motivo es la confusión y la polémica abierta con el tema de la inmigración. Quien busca y pide asilo no es un inmigrante, ni es un delincuente, ante todo es una presunta víctima: un perseguido, un hostigado, un acosado, un desvalido, un amenazado, un rechazado...

Pero lo peor que podría pasar es que, a nivel legislativo, el fenómeno de la inmigración también pudiera influir en la nueva Ley de Asilo que está elaborando el Gobierno en cuanto a recortes de garantías y derechos hasta ahora reconocidos.
Sirva esta carta para recordar a los señores legisladores los centenares de miles de personas de todo el Estado que tuvieron que exiliarse y encontraron una acogida solidaria en otros países. Si gobiernos indignos arrebatan a sus ciudadanos la dignidad al no garantizarles los derechos humanos más básicos, me gustaría estar tranquilo sabiendo que en mi país habrá siempre protección y amparo para estas desafortunadas víctimas.
Rafael Mira/Sevilla

La crisis en los comercios de barrio
Últimamente vemos cómo el tema de la crisis hace estragos para unos y, paradojas de la vida, beneficia a otros. Los beneficiarios suelen ser los de siempre, restaurantes de comida rápida low cost, tiendas de arreglos de ropa, supermercados con marcas blancas. Además de estos sectores, que salen airosos, hay otros como las típicas tiendas de ropa de barrio que han de luchar contra la crisis, además de luchar con la ya interminable batalla de los omnipresentes centros comerciales. Es a estas tiendas a las que entre todos deberíamos ayudar, y ahora más que nunca, para que nuestro barrio no quede desierto con innumerables persianas bajadas con el cartel de "se traspasa".
Rubén Ayuso/Barcelona

La demagogia de una valla
Los líderes de la Iglesia Católica van a lanzar 1.300 vallas publicitarias y ocho millones de folletos comparando la protección del lince con la del niño no nacido. La demagogia no puede ser más chusca, hortera y extravagante. Ellos, que se creen iluminados por el altísimo, ¿dónde van con tan desmesurado disparate?
Dado que los líderes de la Iglesia católica han hecho votos de castidad y no suelen tener mujer ni hijos, probablemente no se enteren de estas cosas. Pero los servicios sanitarios españoles recomiendan que toda mujer embarazada visite a su ginecólogo al menos una vez al mes durante las primeras semanas, dos veces al mes de la semana 28 a la 36 y una visita semanal de la semana 36 al parto.
Por otra parte, para reducir los embarazos no deseados y, por tanto, el número de abortos, lo lógico sería favorecer la divulgación de los métodos de control (el condón, la píldora, el DIU, etc.).
Por último, opinar, puede opinar todo el mundo. Pero lo que uno no acaba de ver es en virtud de qué regla de tres los obispos, pese a sus votos de castidad, se sienten más peritos que las demás personas en estas cuestiones. Es posible que de teología, dogmas y misterios sepan un montón. Pero ¿qué relación puede guardar la teología, los dogmas y los misterios con la genética y la obstetricia?
Juan J. Abad/Madrid

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