Cartas de los lectores

23 de marzo

Deseos de conocer
No resulta fácil comprender la lógica de las personas e instituciones que, debido a un posicionamiento de índole moral, tratan de impedir o se pronuncian en contra de cierta investigación y avance científico enfocado a la curación, mitigación o prevención de enfermedades que menoscaban la calidad de vida o conducen inexorablemente a la muerte de las personas.
Si la parte de la población que es favorable a estas prácticas no trata de imponer ni aplicar el beneficioso resultado de las mismas a los que las rehusan, ¿por qué ese empeño en negar a los que sí quieren la posibilidad de esquivar y evitar el sufrimiento? Desgraciadamente, en determinadas épocas y circunstancias, planteamientos dogmáticos amparados por la esfera del poder derivaron en horrorosas ejecuciones de las mentes inquietas y curiosas, de pensadores preocupados por el conocimiento y la prosperidad social. Y, afortunadamente, la implacable corriente proabortista de ideas de cambio y progreso no tuvo el éxito esperado y el incontenible deseo de conocer continúa recorriendo el planeta; es innato al ser humano. Sería deseable que se pusiera la misma voluntad, tesón y esfuerzo para acabar con la fabricación de armamento y la vergonzosa desigualdad imperante.
Alejandro A. Prieto/Gijón (Asturias)

Identifíquense
El Ministerio del Interior ha dado la orden de que todos los usuarios de teléfonos móviles de prepago tienen que acudir a las tiendas del ramo para dejar su filiación. Se supone que cuando nos venden un artilugio de esos ya hemos dado nuestros datos para la confección de la correspondiente factura, por lo que no se entiende muy bien la medida.
Dicen que servirá para luchar contra las redes de narcotráfico y el terrorismo, pero me da en la nariz que los delincuentes no van a sufrir perjuicio con esta iniciativa, aunque sí el resto de la población.
Tampoco me queda muy claro por qué recibo multitud de ofertas, tanto de la compañía con la que tengo el móvil como del resto, que me dan la tabarra día sí y día también con todo tipo de ofertas comerciales. Saben mi nombre, edad, dirección, profesión, ingresos anuales, en qué dedo tengo el juanete y cuántos somos en casa, incluido el periquito.
Debe de ser más sencillo movilizar a casi 45 millones de personas que pedirles a las compañías telefónicas que le den a la tecla y cedan el listado de sus abonados... gratis.
Juan Torrens

El Papa en África
Por qué será que allí donde más pobreza hay, se ceba la Iglesia de Roma. El Papa dijo en África, donde radica el 70% del sida mundial, que el uso del preservativo no evita la pandemia. Nos parece, por lo menos, una metedura de pata más de esa Iglesia que crece donde la miseria y el hambre parecen no tener salida. Pero cuando pase el tiempo dirá que se equivocó, y no tendrá pelos en la lengua para pedir perdón, aunque el mal esté ya hecho.

Nos tiene acostumbrados a esa hipocresía. Hay que recordar a Galileo Galilei, los terribles juicios a herejes y quemados en la hoguera de la Santa Inquisición y, más cerca, el Holocausto y derivados, en los que puso dos pilares: el reconocimiento del régimen de Hitler y luego su silencio en el crimen, por mucho que se justifique con que algunos religiosos salvaron muchas vidas. Su anterior coto de caza fue Iberoamérica y, cuando allí surgió la teología de la liberación, condenó a sus promotores, les hizo callar.
Hay que usar el condón, no sólo para evitar el sida, sino para contrarrestar el incremento demográfico que denunció Malthus, también criticado por la Iglesia. Y ello se conseguirá erradicando la pobreza y la ignorancia.
Vicente Monje/Madrid

El sastre de Camps
En medio de la que está cayendo, el culebrón entre el presidente de la Comunidad Valenciana y su sastre sigue vivito y coleando. Y, por el momento, no parece tener pinta de solucionarse. No cabe ninguna duda de que ese sentimiento fallero con el que todos los valencianos nacen ha tenido su influencia en el asunto de los carísimos trajes, porque aquella llama que surgió semanas atrás ha logrado convertirse, por amor al arte, en una virtual hoguera más de las quemadas allá en las fallas de Valencia.
Con lo fácil que hubiera sido que Camps hubiera mostrado las facturas correspondientes. Pero no, eso sería actuar con sentido común, que es bien sabido que es el menos común de los sentidos. Visto lo visto, el show debe de continuar, aplazándose el presunto affaire hasta Dios sabe cuándo. Como si no tuviera ya suficiente trabajo la Justicia para cargarle con este pintoresco caso del político y del sastre.
Miguel Sánchez/Zaragoza

Fútbol y política
Cuando en los partidos de fútbol se pierde tiempo en hacer un cambio; cuando una lesión se exagera más de la cuenta para que el reloj corra y se pierda tiempo de juego; cuando ante una ligera agresión del rival te tiras al suelo y escenificas una tragedia griega para engañar al arbitro, todos los espectadores tenían que sentirse indignados y cabreados por esas triquiñuelas y picardías que devalúan el espectáculo deportivo.
Pero no es así, ya que todo depende de si es tu equipo el que lo hace.
Pues en la política es igual, todo el mundo entiende que sale presidente el que más apoyos consiga, pero se deja de entender cuando tu partido, con mayoría simple, es desbancado por la suma suficiente de otros partidos más minoritarios que consiguen la mayoría absoluta. Señores y señoras políticos, un poco menos de cinismo.
Manu Ballesteros/Bilbao

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