Cartas de los lectores

28 de marzo

Un tirón de orejas
Mientras que en el resto de Europa ser parlamentario constituye una responsabilidad ineludible y un honor para con el país, en España no pasamos del patio del colegio y sus partidos de fútbol. En este caso, Rajoy y Zapatero hacen de líderes de sus equipos. Y todos a una.
A partir de ese momento, la responsabilidad se diluye. El partido se hace uno y las críticas se suceden sólo por ser la oposición. Se quejan de las formas de Kosovo. Y no sin razón, pero ¿hubiese cambiado algo rizar el rizo y adornar con seda la noticia? Nos vamos porque nos tenemos que ir. Y en el Congreso se quejan porque se tienen que quejar.
Empiezo a entender la simpleza de la política. Un tirón de orejas si no te quejas o no apoyas las enmiendas de tu grupo, porque, a fin de cuentas, no representan a los ciudadanos, sino a los partidos. Y con estas, 90 minutos de proyectos y antiproyectos.
Luis J. Cano Ruiz/Valladolid

Trillo es el responsable
Pido al ex ministro de Defensa y actual portavoz de Justicia del PP, Federico Trillo, que asuma sus responsabilidades políticas por el caso del Yak-42,
que dé la cara ante las familias de los 62 militares muertos en el accidente, ofreciéndoles personalmente las explicaciones que reclaman, y que les pida perdón por el indigno comportamiento que ha tenido con ellos y que tanto dolor añadido ha provocado.
Esto es lo mínimo que se le puede pedir a quien ostentaba el cargo de ministro de Defensa cuando tuvo lugar el accidente y la identificación errónea de 32 de los 62 cuerpos. Quien era y es el máximo responsable político de este terrible y lamentable episodio. Considero escandaloso que Trillo se dedique a dar lecciones de moralidad y de responsabilidad política cuando no ha sido capaz de asumir sus responsabilidades ni de dar un trato digno a los 62 militantes muertos ni a sus familias en el accidente.
Por ello, pido a Federico Trillo y al PP que hagan un ejercicio de responsabilidad y de dignidad, y que se preste voluntariamente a testificar en el juicio que acaba de empezar y a explicar a las familias por qué se mandó a Turquía para identificar a los cadáveres de los militares a un equipo médico en el que no había ni un solo forense.
Raúl Santiago García

El fin de los servicios públicos

¡Qué calculado está todo y qué poco nos damos cuenta! Fue muy significativo el cambio de la CEE a la UE, ocultando lo único que importa a los europeístas: la economía. Fue sorprendente la Directiva
Bolkestein que, aparentemente, sólo suponía la liberalización de los servicios para mejorar la competencia, pero llevaba implícita la renuncia de las Administraciones Públicas a regular las condiciones de prestación de servicios como la Sanidad, la Educación y las comunicaciones.
Lo que sí estaba clarísimo era que formar parte de la Organización Mundial del Comercio (OMC) supone la privatización de los servicios públicos: Sanidad, Educación, asistencia a dependientes y el acceso al agua, el oro azul del siglo XXI. En la Comunidad de Madrid ya están en ello, cómo no.
José María Rodríguez/Madrid

Sin vergüenza
El observador de la Santa Sede ante la ONU, Silvano Tomasi, denuncia ante el Consejo de Derechos Humanos de dicha organización la intolerancia contra los cristianos. Es la consabida apreciación exacerbada del Vaticano, vociferada a los cuatro vientos, pero sin concreción material. Lo que, sin embargo, sí quedó suficientemente acreditado ante la ONU fue la intolerancia de la Santa Sede hacia los homosexuales, pues votó en contra de la propuesta de despenalización de la homosexualidad en el Consejo ante el que hoy se queja.
Es una desvergüenza que el Estado del Vaticano haya ratificado sólo el 10% de las convenciones internacionales sobre derechos humanos y, aún así, acuda ante su Consejo en la ONU. Se queja también Tomasi de que algunos países profundizan en políticas laicas para reducir el papel de la religión en la vida pública. Una vez más, constatamos que el Vaticano no ha hecho la transición del Antiguo Régimen al Estado constitucional. Llevan dos siglos de retraso.
Pide también Tomasi que los Estados revisen su legislación para ver si cumplen con el principio de libertad religiosa. Los Estados parece que cumplen con dicho principio. El problema es que el Vaticano no lo digiere, pues supone una reducción de prebendas.
Xavier Muñoz/Madrid

Indignación
El Papa está convencido de que toda eyaculación voluntaria debe quedar abierta a la transmisión de la vida. De forma que, cuando se eyacula voluntariamente, no debe ponerse obstáculo alguno a la carrera del espermatozoide hacia el óvulo. Es justamente por esta doctrina tan precisa, anticuada y fácil de modificar, por la que el Vaticano se empecina en prohibir el uso del preservativo y priva así de un instrumento básico a la difícil lucha contra el sida.
La realidad es que, de los billones de espermatozoides que eyacula un varón en su vida, sólo unos poquitos logran transmitir la vida. Esta gigantesca desproporción no se conocía cuando se promulgó esta inhumana doctrina. La naturaleza es tan abundante, compleja, excesiva y superior a la escala humana que suele desbordar al pensamiento humano. La erradicación de la pobreza y el sida exigen, además de esfuerzos económicos y médicos, esfuerzos de pensamiento que debe hacer el Vaticano para no seguir causando este daño ingente a los enfermos y la dolida indignación de los solidarios.
Pablo Osés/Fuengirola (Málaga)

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