Con negritas

Iberia se pone a tiro de Lufthansa

La renuncia de Lufthansa a pujar por Alitalia –otra de las grandes aerolíneas que están en almoneda– ha reabierto las expectativas sobre una eventual entrada de los alemanes en el capital de Iberia. Aunque éstos han negado que ambas cosas tengan ligazón, no cabe duda de que merendarse al mismo tiempo a las dos compañías de bandera entrañaba un serio riesgo de empacho para Lufthansa. Sus situación económica es boyante (992 millones de beneficio en el primer semestre), pero no da para tanto; teniendo en cuenta además que Alitalia pierde dinero a espuertas.

El único argumento que WOFGANG MAYRHUBER, presidente de Lufthansa, ha esgrimido para justificar su aparente frialdad ante la subasta de Iberia es que está "demasiado cara". Esa excusa, que se sostenía mientras la acción andaba por las nubes (ha llegado a cotizarse a 4,16 euros), tiene cada vez menos fuerza. Desde que MIGUEL BLESA manifestó su determinación de convertir a Caja Madrid en un potente socio de referencia, han amainado las presiones especulativas que el valor soportaba en bolsa al alejarse las posibilidades de una OPA.

Lufthansa aseguró en mayo que tres euros por acción sería un precio razonable. Ayer cerró a 3,19, con lo que la distancia es ya de diecinueve céntimos.

Pese a que sólo lo reconocen con la boca pequeña, Iberia está en condiciones de aportar a los alemanes importantes sinergias (la flota resultante sería homogénea) y, sobre todo, una presencia en América Latina incomparablemente mayor de la que ellos disfrutan. Gracias a sus acuerdos con TAM y TACA, Lufthansa tienen un pie en Brasil, Argentina y Centroamérica, pero en el resto de ese mercado no pinta nada. Todo lo contrario de lo que le ocurre a Iberia, cuyos aviones son el puente más transitado entre aquellos países y el Viejo Continente.

Hay, no obstante, un par de inconvenientes para que Lufthansa se lance a pedir la mano de Iberia. Pertenecen a dos alianzas competidoras (StarAlliance y OneWorld, respectivamente). Y, lo que es más serio, British Airways no ha dicho que piense abdicar de su significativa participación y de su condición de socio industrial de la empresa española. Aunque, a tenor del poco entusiasmo que despierta entre el resto de los accionistas, no sería descabellado que al final cogiera la puerta.

Más Noticias