Con negritas

Un mal momento para el acuerdo marco

La situación ambiental no favorecía este año las negociaciones para un acuerdo marco que sirviera de referencia a los convenios colectivos, y nada tiene de particular que hayan concluido con un rotundo fracaso. El nudo gordiano ha sido aparentemente la subida salarial: los sindicatos aspiraban a un 2% con carácter general y la patronal pretendía que en las empresas más castigadas por la crisis no hubiera revisión alguna. Pero la ruptura no puede desvincularse de factores externos que han pesado en el ánimo de los interlocutores y que han dado al traste con cualquier posibilidad de que levantaran la mesa con un apretón de manos.

CEOE está en inmersa en un proceso electoral cuya culminación será el próximo 2 de abril, cuando su presidente, que aspira a un segundo mandato, se someta al veredicto de las urnas. A GERARDO DÍAZ FERRÁN le conviene llegar a la Asamblea General convocada para ese día con una imagen de firmeza, a la que no contribuiría un pacto contemporizador con los planteamientos sindicales. Aunque su reelección está prácticamente asegurada (no hay previsto ningún candidato alternativo), de lo que se trata es de conseguir el mayor respaldo posible para compensar el déficit democrático con que se saldó la llegada de Díaz Ferrán al cargo en 2007.

Éste fue designado para sucederle por el propio JOSÉ MARÍA CUEVAS, tras su decisión de retirarse anticipadamente aquejado de serios problemas de salud. Los órganos de gobierno de CEOE se limitaron entonces a decir amén, sin dar la menor ocasión a otras opciones, como la que representaba SANTIAGO HERRERO, presidente de la patronal andaluza, que prefirió plegar velas ante sus nulas posibilidades de éxito. Todo ello le ha valido a Díaz Ferrán el reproche de sus detractores desde que tuvo los primeros encontronazos con la parte de la organización más refractaria a los cambios de fondo que iba planteando.

Para soltar lastre, decidió cortar por lo sano y defenestrar a quien había sido secretario general durante 23 años, JUAN JIMÉNEZ AGUILAR, en un proceso traumático que le obligó a dejarse bastantes pelos en la gatera. Díaz Ferrán tuvo que adelantar las elecciones, y su principal empeño es ahora pasar esa prueba con nota para tapar muchas bocas, aunque sea a costa de renunciar al acuerdo marco... por ahora.

La perspectiva de UGT

No sólo Gerardo Díaz Ferrán soporta la inevitable presión que toda perspectiva electoral ocasiona. CÁNDIDO MÉNDEZ también tiene a la vuelta de la esquina un congreso, el que hace el número 40 de UGT. Presentarse en él después de una claudicación frente CEOE, sobre todo cuando la inseguridad laboral ha hecho presa de la inmensa mayoría de los trabajadores, no parece demasiado conveniente para Cándido Méndez.

Más Noticias