Con negritas

El banquero de moda

Fuera ésa su intención o no, los últimos movimientos de Caja Madrid han hecho que muchos ojos se fijen en MIGUEL BLESA, un hombre poco amigo de alharacas, que siempre se ha desenvuelto con más soltura en la penumbra de las bambalinas que bajo la cegadora luz de los focos.

Su última operación de campanillas, que ha convertido la entidad que preside en segundo accionista de Mapfre, la mayor aseguradora de España, da alas a la fundada sospecha de que Blesa quiere levantar sobre los cimientos de Caja Madrid un potente grupo empresarial, a semejanza del que tiene ISIDRE FAINÉ en La Caixa.

Cuenta para ello con el interesado aliento de ESPERANZA AGUIRRE, que tomó conciencia hace tiempo de que sus ambiciones políticas requieren el control no sólo del Partido Popular en Madrid, que ya ha logrado, sino de algunos resortes clave del determinante poder económico.

La promoción de su amigo GERARDO DÍAZ FERRÁN a la presidencia de CEOE o el reciente nombramiento de otro de sus fieles, LUIS EDUARDO CORTES, al frente de Ifema, pese a los nerviosos aspavientos de un ALBERTO RUIZ GALLARDÓN cada vez más aislado, fueron dos golpes de mano que tarde o temprano le proporcionarán los réditos que busca.

El asalto de Caja Madrid a Iberia constituyó el primer síntoma de que Blesa, de buen grado o a la fuerza, estaba dispuesto a contribuir a esa estrategia, con el pretexto de que la aerolínea de bandera no podía quedar al albur de los caprichos de sus grandes competidoras europeas, ni ser pasto de la voracidad de algunos inversores nacionales deseosos de sacar tajada. Así, pues, con Mapfre llueve sobre mojado.

Además, esas dos no son las únicas participaciones industriales significativas que Caja Madrid posee. En su órbita se encuentran también la cadena hotelera NH (10%), la compañía de comunicaciones Indra (15%) y la inmobiliaria Realia (27%), sobre las que obviamente cuenta con una notable capacidad de influencia.

Su margen de compra, por añadidura, es bastante amplio, pues tiene las arcas llenas desde que Blesa, animado por la presidenta de la Comunidad, facilitó la toma de Endesa por JOSÉ MANUEL ENTRECANALES (Acciona) y los italianos de Enel. Caja Madrid obtuvo por la venta de sus acciones en la compañía eléctrica la friolera de 4.000 millones de euros, que todavía no se ha gastado.

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