Con negritas

Una fusión complicada por intereses particulares

El tiempo dirá en qué queda la fusión de Caixa Galicia y Caixanova, forzada por ALBERTO NÚÑEZ FEIJÓO y que el Banco de España bendijo hace poco para evitar un choque frontal con la Xunta. Pero, por si acaso, los administradores de ambas entidades se han asegurado al menos tres años más de fuero, aun a riesgo de enmarañar un proceso ya de por sí bastante complejo. Finalmente, para que nadie pierda su silla, la fusión será pilotada por un consejo compuesto nada menos que por 40 personas, la mitad procedentes de Caixa Galicia y la otra mitad de Caixanova.

Esa auténtica melé, que abre serias dudas sobre la operatividad del máximo órgano de gobierno de la sociedad resultante, no es la única excentricidad del acuerdo recientemente alcanzado. Durante la fase transitoria, habrá dos copresidentes que se repartirán sendos periodos consecutivos de 18 meses en los que uno tendrá primacía sobre el otro, incluido el voto de calidad en el consejo. Por lo visto, no ha sido posible encontrar una fórmula menos alambicada aceptable por Caixa Galicia y que, al mismo tiempo, permitiera salvar la cara a JULIO FERNÁNDEZ GAYOSO.

El presidente de Caixanova, enemigo declarado de la fusión, transigió con ella de mala gana bajo la condición de controlarla, cosa que veía con muy buenos ojos el Banco de España. Sin embargo, Núñez Feijóo no estaba en condiciones de darle esa baza, porque había adquirido el compromiso político de que la operación fuese paritaria. Así que, so pretexto de que no haya vencedores ni vencidos, se ha establecido una estructura prácticamente duplicada, en la que sólo la dirección general será única. Si no hay sorpresas de última hora, el cargo recaerá en JOSÉ LUIS PEGO, que ahora ocupa el mismo en Caixanova, aunque Caixa Galicia puede vigilarlo de cerca nombrando un adjunto.

Fernández Gayoso recibirá el premio de consolación de una de las copresidencias, lo que no está nada mal a sus 73 años y sobre todo después de haber perdido el pulso con Núñez Feijóo. Si el Gobierno de la nación no llega a recurrir ante el Tribunal Constitucional la nueva Ley regional de Cajas, hecha con el objetivo de  quitar de en medio a quienes en su momento se opusieron a la fusión, Fernández Gayoso probablemente ya estaría en su casa.

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