Con negritas

El principio del final para Díaz Ferrán

Parece que el tiempo de las adhesiones inquebrantables se le ha agotado a GERARDO DÍAZ FERRÁN. Lejos quedan aquellas reuniones multitudinarias de CEOE en las que su presidente era unánimemente plebiscitado. En los órganos de gobierno de la patronal ya han empezado a levantarse voces instándole a una inmediata retirada. Aunque la mayoría de los dirigentes todavía prefieren guardar silencio, al menos públicamente. Un silencio cada vez más frío, por cierto.

JESÚS BÁRCENAS, máximo representante de Cepyme y enemigo íntimo de Díaz Ferrán, llevaba meses clamando en el desierto. Desde hace poco, sin embargo, no está tan solo. El poderoso Instituto de Empresa Familiar se ha sumado a su exigencia de una dimisión inmediata. La petición se la transmitió personalmente a Díaz Ferrán su presidente, SIMÓN PEDRO BARCELÓ, allá por marzo, como Público adelantó hace diez días.

Aquel mensaje, sin embargo, cayó en saco roto. Díaz Ferrán se atrincheró arguyendo que sólo lo retirarán quienes lo eligieron. Y el Instituto de Empresa Familiar, como tal, no pertenece a CEOE. Sí, en cambio, la mayoría de sus socios a través de las organizaciones sectoriales y territoriales. Gente de peso en general. Los ENTRECANALES (Acciona), los DEL PINO (Ferrovial), JUAN ROIG (Mercadona), JOSÉ MANUEL LARA (Planeta)...

Tarde o temprano, muchos de ellos seguramente movilizarán su capacidad de influencia para forzar la salida de Díaz Ferrán. De momento, sólo le han dado un aviso, aunque atronador. El presidente de CEOE, aferrándose al cargo pese al desmoronamiento de su grupo, no da una buena imagen de la clase empresarial. Y, además, su vulnerabilidad debilita la posición de la patronal ante el Gobierno y ante los sindicatos en un momento tan delicado para la economía.

Si Díaz Ferrán persiste, no tendrá que enfrentarse sólo a un puñado (creciente, eso sí) de francotiradores. En la última junta directiva hubo los primeros disparos contra él. Las balas procedían de la catalana Fomento del Trabajo Nacional, de la Asociación de Estanqueros y de algunos empresarios valencianos. Pero si no depone su actitud, puede que después tenga que enfrentarse a la artillería pesada.

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