Con negritas

Un nuevo hito en la agonía de Marsans

La solicitud de concurso necesario de acreedores, presentada contra Viajes Marsans y admitida a trámite por los juzgados de Madrid, supone otro duro golpe para el grupo de GERARDO DÍAZ FERRÁN y GONZALO PASCUAL. Si bien todavía tienen que presentar sus alegaciones, la cosa pinta muy mal para ellos, pues ante los tribunales pierde valor la protección política de la que hasta ahora han disfrutado. Si Marsans no echó el cierre hace tiempo es gracias al balón de oxígeno que algunos bancos le han proporcionado después de recibir las oportunas indicaciones del Gobierno. Escudándose en la obligación moral de preservar los puestos de trabajo, el ministro de Industria, MIGUEL SEBASTIÁN, así lo reconoció abiertamente en su momento.

Esa ayuda ha permitido mantener la ficción de que Viajes Marsans sigue operando con relativa normalidad, pese a las crecientes reticencias de sus proveedores a darle más crédito. Dos de ellos, la naviera Grimaldi y los hoteles canarios Arrecife, son precisamente los que han instado el concurso de acreedores, hartos de reclamar sin éxito por los cauces ordinarios una deuda conjunta de 375.000 euros. Que sea una cantidad modesta, dentro del multimillonario volumen de negocio de Marsans, no tiene por qué restarle eficacia a la demanda y menos aún si decidieran subirse al carro
otros perjudicados que también han pedido por su cuenta la suspensión de pagos, como la empresa de ofimática Ricoh, la cadena H10, Mapatours o Avis.

En cualquier caso, la descomposición de Viajes Marsans parece ya imparable, como demuestra el hecho de que dos centenares de agencias asociadas a la marca salieran de estampida en vísperas de la determinante campaña de verano. La mitad ha encontrado abrigo ya en Viajes Iberia, que de rebote se ha convertido en el segundo operador español,
sólo por detrás de Globalia, propietario de Halcón y Ecuador. El resto aún está negociando.

La admisión a trámite de la solicitud de concurso necesario de acreedores y el desmantelamiento de la red oscurecen, más si cabe, el ya de por sí sombrío futuro de Viajes Marsans. Igual que la expectativa de que Díaz Ferrán se vea obligado a dejar la presidencia de la CEOE cuando concluyan las negociaciones sobre la reforma laboral y pierda el apoyo táctico del Gobierno.

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