Bancaja no formaba parte del plan A de Caja Madrid para arrebatarle el liderazgo a La Caixa aprovechando la obligada reestructuración del sector. El año pasado, MIGUEL BLESA, entre zancadilla y zancadilla de ESPERANZA AGUIRRE, tuvo tiempo de darle muchas vueltas a una posible fusión a tres bandas con Caixa Galicia y la CAM. Los números salían y la operación gustaba a la dirección nacional del PP porque dejaría en manos del partido un instrumento financiero con enorme capacidad de fuego. Sería la réplica conservadora a un eventual grupo bajo control socialista nucleado por la malagueña Unicaja, que preside BRAULIO MEDEL.

El proyecto, sin embargo, encalló por la testaruda negativa de ALBERTO NúÑEZ FEIJÓO a perder el control de las cajas gallegas. FRANCISCO CAMPS tampoco estaba por la labor y, emulando a su compañero, promovió una fusión defensiva de las dos grandes entidades de la Comunitat Valenciana. Núñez Feijóo se salió con la suya pese a la oposición del Banco de España, poco partidario de los acuerdos entre entidades de la misma región. Pero Camps, cada vez más enredado en la maraña judicial del caso Gürtel, no tuvo la fortaleza política necesaria para mantener hasta el final su apuesta.

Cuando sustituyó a Blesa al frente de Caja Madrid en febrero, RODRIGO RATO decidió no enfrentarse con nadie y esperar pacientemente que llegara su momento. Desde entonces, Caixa Galicia y Caixanova se han prometido en matrimonio, aunque todavía no han dado el paso definitivo hacia el altar. La CAM, dejándose muchos pelos en la gatera, ha preferido aliarse con Cajastur antes que con su competidor valenciano de toda la vida. Y Bancaja, compuesta y sin novio, ha caído al final como fruta madura en el capacho de Caja Madrid.

Así que, a la postre y sin pisar más callos de los imprescindibles, Rato va a pilotar el gigante financiero que tantas expectativas había despertado en el seno del PP. Sentado sobre los 338.000 millones de euros en activos que suman Caja Madrid,  Bancaja, la Insular de Canarias, Laietana, Ávila, Segovia y La Rioja, el antiguo vicepresidente económico del Gobierno se convertirá de paso en el tercer banquero español, sólo aventajado por EMILIO BOTÍN y FRANCISCO GONZÁLEZ.