Salud en positivo

¿Estará el dinosaurio cuando despertemos?

Ilustración: Verónica Montón Alegre
Ilustración: Verónica Montón Alegre

En esta crisis que estamos viviendo retransmitida por wasap se nos ha perdido un sitio sin dejar rastro. De ser referente continuo, imagen de portada, lucerito del alba, se ha deshecho como un azucarillo y de repente, los estados, sus capitales, sus sistemas de salud e incluso sus ejércitos han vuelto a tomar el mando absoluto de las portadas.

Bruselas ha desaparecido y a la Unión Europea ni está ni se la espera. Para unos europeístas casi furibundos como es nuestro caso, decir esto tiene tres segundos de ira y horas de reflexión. No podemos permitir que, al despertar de esta pesadilla, el dinosaurio haya desaparecido del todo. La Unión no ha sido capaz de dar ninguna respuesta a la crisis sanitaria porque nos cuidamos mucho de no darle a Europa competencias sanitarias. La Comisión Europea tiene una Dirección General de Salud en cuya web, por cierto, ni se menciona ni hay ninguna referencia a la pandemia que vivimos y han bastado los primeros compases de esta movida para que cada Estado Miembro hiciera de su capa un sayo. De la consideración de socios hemos pasado en horas a vecinos contagiantes o a competidores en el salvaje mercado de mascarillas. En el inicio de esta crisis vimos con sorpresa cómo los Estados corrían a proponer medidas unilaterales, cierres de fronteras, prohibiciones basadas en nacionalidad... La amenaza es tremenda, pero también creíamos que la Unión era mas poderosa.

Hasta la OMS, que normalmente no es noticia ni el día de la OMS, tiene mas liderazgo que la Europa de los 27 en esta crisis. La Unión lleva años desnortada. El Brexit, un drama político que necesariamente teníamos que transformar en oportunidad, en excusa para profundizar en la convergencia política del resto, se ha quedado congelado y los socios, también.  Tenemos que recordar que la Unión se creó para enfrentar el desarrollo de los países de Europa del oeste tras la segunda gran guerra y que su construcción ha supuesto uno de los periodos de paz y prosperidad mas importantes de nuestra historia.

Necesitaremos que las Instituciones Europeas empiecen a tomar decisiones de apoyo a los estados para remontar una crisis que como de costumbre afectará a todos, pero de forma diferente. Necesitaremos aprender de esta experiencia para hacer mas fuertes los objetivos y estándares en términos de salud en la Euroregión. Las pandemias y los retos en salud son globales, las instituciones deben tener envergadura proporcional para enfrentarlos. Nunca en la historia tantas personas del ámbito científico han dedicado todo su esfuerzo y tiempo a avanzar en la solución. Todo el mundo ha dejado de hacer lo que hacía para poner toda su capacidad científica al servicio de la lucha contra el coronavirus en todo el planeta. Cada día se publican cientos de datos y son decenas los ensayos clínicos en marcha de una patología que apenas tiene 3 meses desde su primer caso. Si la salida de esta pandemia pasa por una vacuna o por uno o varios fármacos será determinante la capacidad de la Unión para actuar como un bloque en defensa del acceso a esa solución ante las dudas, por no decir resistencias, que se puedan generar en quienes la desarrollen. En esta carrera que corremos todos no tendrá sentido que el premio se lo lleve sólo uno. La Europa de la salud no puede ser sólo la de la industria farmacéutica ni la de las políticas privatizadoras del sector sanitario. La Europa de la salud debe ser la del acceso universal, la calidad y excelencia, la investigación y la coordinación social y sanitaria.

La Unión de los mercados debe orientarse a la Unión de la ciudadanía, y la ciudadanía, hemos aprendido que la salud, su protección, no solo es una responsabilidad individual. Sus amenazas son globales y las respuestas deben serlo.

Cuando despertemos de la pesadilla necesitamos que el dinosaurio siga allí. Un monstruo más saludable, eso sí.

FIRMANTES DEL BLOG 

  • Rafael Sotoca. Médico de Familia y ex director general de asistencia sanitaria de la Comunidad Valenciana.
  • Carmen Montón. Ex Ministra de Sanidad, consumo y bienestar social. Embajadora observadora permanente ante la Organización de los Estados Americanos.
  • Ricardo Campos. Médico Oftalmólogo. Ex Secretario General del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social
  • Isabel González. Ex Jefa de Servicio de Radiología. Ex Profesora Asociada de Radiología Universidad Miguel Hernández de Elche. Ex Directora Gral. de La Alta Inspección de la C. Valenciana. Ex Gerente de los Departamentos de salud de San Juan de Alicante y La Ribera (Alzira)
  • Begoña Frades García. Psiquiatra Ex responsable de la oficina autonómica de salud mental. Jefa del área de salud mental del Hospital Pare Jofre
  • Enrique Ortega. Ex Jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas, Emergentes e Importadas. Ex Profesor Asociado del Departamento de Medicina de la Universidad de Valencia. Ex Director Gerente del Departamento de Salud Hospital General de Valencia
  • Ana BonedOmbuena. Técnico Superior de Salud Pública de la Consellería de Sanitat Valenciana. Máster en salud pública por la U. de Harvard y especialista en medicina familiar y comunitaria.
  • José Antonio López Cócera Enfermero especialista en salud mental miembro de la comisión nacional de la especialidad
  • Antonia García Valls. Exdiputada. Asesora coordinadora en la Vicepresidencia Cuarta, Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
  • Pere Herrera de Pablo. Especialista MFYC. Médico SAMU. Exdirector Servicio Emergencias Sanitarias CV
  • Roser Falip Barangué. Doctora en Medicina. Especialista en MFYC y en Análisis Clínicos. Ex gerente del Departamento de salud de Alcoy.
  • Aurelio Duque Valencia. Médico de Familia y Comunitaria. Expresidente SoVaMFiC
  • Verónica Montón Alegre. Artista interdisciplinar.
  • Juan Domene. Médico Inspector. Servicio de calidad asistencial y seguridad del paciente. Ex gerente del departamento de salud Arnau de VilanovaLliria.

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