Salud en positivo

Cuando fuimos lerdos

Ilustración de Verónica Montón Alegre.
Ilustración de Verónica Montón Alegre.

La utilización de este tiempo verbal en pasado nace de la vaga esperanza de que en un futuro seamos capaces de reflexionar sobre lo que estamos viviendo durante esta pandemia, sobre los errores cometidos, las insensateces voluntariamente asumidas, las acciones movidas por la ideología y contra la razón y, sobre   todo, acerca de tantos seres humanos con sus vidas truncadas antes de hora.

El término lerdo se suele aplicar a una persona que comprende con dificultad y lentitud lo que se le explica o enseña, y que no demuestra inteligencia. Pero en realidad la intención aquí es suavizar, evitando el más clarificador y popular que sería "gilipollas" o "gilis" en el castellano del otro lado del Atlántico.

En cualquier caso, no creo que nos hagamos esa pregunta cuando todo esto pase. Individualmente se recordará a las personas queridas ya ausentes; pero como sociedad, una vez superado el trauma, habremos aprendido poco o nada, porque así suele ser, histórica y desgraciadamente, el comportamiento humano.

La globalización de enfermedades

Hemos interiorizado el concepto del mundo globalizado y asumido la idea de la "aldea global", explicada como un proceso integrador en los ámbitos económico, político, tecnológico, social y cultural. Pero lo que se ha globalizado, en realidad, han sido los mercados. Este proceso se inició a finales del siglo diecinueve y principios del veinte con la movilización de los capitales gracias al patrón oro. Una fórmula de mundialización que ha supuesto, la concentración de la riqueza, el aumento del desempleo y la pobreza extrema más acentuada en áreas de recursos limitados, así como la pérdida de identidades culturales.

Las que sí se internacionalizan son las enfermedades, porque los gérmenes no entienden de fronteras ni de pasaportes y ejemplos no faltan. En el siglo VI la llamada Plaga de Justiniano (Peste) devastó el Imperio Romano. En el siglo XIII los guerreros mongoles difundieron la peste bubónica desde Mongolia, norte de Birmania hasta Europa Oriental.

Tras la llegada de Colón a las Américas, la población indígena se redujo en un 95 por ciento, sobre todo debido a enfermedades importadas como la viruela, el sarampión, el tifus, la difteria o la varicela. Tras esto, los europeos iniciaron el comercio de esclavos africanos para que reemplazaran a la gran cantidad de indígenas que habían perecido y entonces estallaron nuevas epidemias de males procedentes de África como la malaria, la fiebre amarilla y el dengue.

Tenemos ejemplos más recientes de enfermedades que se expanden, como el cólera, la tuberculosis o la gran pandemia del siglo pasado, el sida, que inició su ruta de expansión siguiendo la construcción del ahora desaparecido ferrocarril en el Congo.

Las rutas mundiales de las enfermedades

Los factores que influyen en la globalización de las enfermedades infecciosas son diversos: la movilidad humana, ya sea por turismo, comercio o migración es uno de ellos. En el informe del 2020 sobre las Migraciones en el Mundo consta que hay 272 millones de migrantes internacionales (equivalentes al 3,5% de la población mundial), con 41 millones de desplazados internos y casi 26 millones de refugiados. Otro de los factores es el aumento del comercio de bienes y la transmisión por alimentosYa en 1849 John Snow, en el "El modo de transmisión del cólera", escribía: "Las epidemias del cólera siguen las rutas principales del comercio, la enfermedad siempre aparece primero en los puertos marítimos antes de extenderse hacia el interior de las islas o continentes". La formación de las megaciudades, el cambio climático, la transformación de la orografía producida por el ser humano, la resistencia microbiana a los medicamentos y sobre todo los fallos en los sistemas de salud pública son otros factores  a tener en cuenta.

Acceso universal a la salud y sistemas de salud fuertes

El pesimismo de   que se realice una acción realmente universalizadora de la salud se basa en nuestra historia reciente de enfermedades mundializadas, a saber: gripe pandémica de 1918, SARS-CoV (Síndrome Respiratorio Agudo Grave 2002-2004); Pandemia Gripe Aviar (2004-2006); pandemia de influenza (H1N1) en 2009-2010. Gripe porcina; MERS-CoV (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio 2012; Ébola (2014-2015).

En estos casos no se ha producido un cambio de actitud general, sino más bien acciones locales y competitivas de sálvese quien pueda, siempre priorizando los intereses particulares y de clase, del comercio a toda costa, cuando no la deshonestidad, desvergüenza y ausencia de ética.

La OMS ha puesto demasiado énfasis en los programas dedicados a atender enfermedades particulares, sobre todo de naturaleza infecciosa, y se ha olvidado de fortalecer los sistemas de salud. Pero lo que urge es mejorar la calidad de vida de la población, por diversas razones: éticas y de derecho fundamental de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social (OMS).

Se conseguiría salvaguardar vidas, reducir el impacto de estas enfermedades sobre los sistemas de salud, y también el impacto económico y el empobrecimiento. Y nada de esto es relativo, porque como dijo Albert Einstein "La relatividad aplica para la física, no para la ética".

Firma del Post:

      • Enrique Ortega. Médico especialista en enfermedades infecciosas y jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas, Emergentes e Importadas. Ha sido profesor asociado de de medicina de la Universidad de Valencia y Director Gerente del Departamento de Salud Hospital General de Valencia.

Forman el Foro Ágora Salud:

      • Carmen Montón es embajadora observadora permanente ante la Organización de los Estados Americanos y ha sido Ministra de Sanidad, consumo y bienestar social y Consellera de Sanidad.
      • Ricardo Campos. Médico Oftalmólogo. Ha sido Secretario General del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y subsecretario autonómico de sanidad.
      • Rafael Sotoca. Médico de familia y activista sanitario. Fue director general de asistencia sanitaria de la Comunidad Valenciana.
      • Begoña Frades García. Psiquiatra y jefa del área de salud mental del Hospital Pare Jofre. Ha sido coordinadora autonómica de salud mental.
      • José Antonio López Cócera es enfermero especialista en salud mental y miembro de la comisión nacional de la especialidad.
      • Isabel González. Médica radióloga. Fue jefa de servicio y profesora asociada de radiología en la Universidad Miguel Hernández de Elche así como Directora Gral. de la Alta Inspección y gerente de los departamentos de salud de San Juan de Alicante y La Ribera (Alzira)
      • Enrique Ortega. Médico especialista en enfermedades infecciosas y jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas, Emergentes e Importadas. Ha sido profesor asociado de de medicina de la Universidad de Valencia y Director Gerente del Departamento de Salud Hospital General de Valencia.
      • Antonia García Valls. Asesora coordinadora en la Vicepresidencia Cuarta, Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Ha sido diputada en el congreso de los diputados.
      • Pere Herrera de Pablo. Medico de familia y médico SAMU. Ha ejercido como director del Servicio Emergencias Sanitarias de la Comunitat Valenciana.
      • Roser Falip Barangué. Doctora en Medicina y especialista en medicina de familia y en análisis clínicos. Ha sido gerente del departamento de salud de Alcoy.

Ilustra el blog:

      • Verónica Montón Alegre. Artista interdisciplinar.

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