Fuego amigo

El mamarracho éste se va de vacaciones

Mariano Rajoy se va de vacaciones. He visto su despedida del trabajo en un video "callejero". Si él se va de vacaciones quiere decir que todos estamos de vacaciones. En periodismo se dice que lo que no ha salido por televisión no existe. Pues con Rajoy ocurre lo mismo: la crisis económica y moral de España(¡Paña!) se esfuma (hasta mejoran los índices de paro) si el vocero mayor de nuestras desgracias se va de pesca.

Las vacaciones de verano tan sólo pueden ser alteradas por otro atentado de ETA o, como ocurrió el año pasado, por un accidente de aviación "coloxal". Si no es así, veréis que España, durante los días de descanso del patibulario mayor de la oposición es un oasis de paz, de hormiguitas tostándose al sol, de asadores aficionados de miles y miles de chuletitas de cordero a la parrilla, de ocupas de chiringuito...

¿He dicho chiringuito? En la grabación, Mariano, que es de derechas, como el hombrecillo insufrible, y que al igual que su mentor no soporta el prohibicionismo de los socialistas y su fijación con el peligro del tabaco, el alcohol al volante, el exceso de velocidad y esas tonterías que tanto le preocupan a los socialistas... Mariano, digo, parte una lanza por los dueños de los chiringuitos ilegales que el celo de ZP pretende derribar. Él lo mismo se alza como defensor de los pobres y los obreros que de los dueños de los chiringuitos. Él tanto le da al pelo como a la pluma, por delante y por detrás. Después de anunciarnos que va a leer muchas novelas y a pescar, como es una persona normal y corriente, como debe ser toda persona de derechas, puntualizó: "Además voy a ir a algún chiringuito... espero que nadie pretenda cargarse los chiringuitos".

En verano se puede permitir uno esas licencias. Hasta mantener la inteligencia en los niveles del sopor de la siesta. Sin corbata, en bañador o bermudas, con gorrita de pescador, el mundo es menos solemne y lo que en el debate del estado de la nación sería una grosería, con el intelecto amodorrado de veraneante cualquier bobada puede ser tomada como gracieta. Por ejemplo, puede decir aquello de que con el sobreseimiento del caso Camps los vendedores de tila se van a forrar como... como... bueno... ahora no me sale ningún nombre de los que se forraron en la trama Gürtel.

La última majadería del patibulario señor Rajoy la podéis ver también en ese video de despedida de vacaciones. Se despide con el deseo de que Rodríguez Zapatero cambie su política económica "porque si no éste (sic) nos lleva a algo como aquello del corralito que oímos hace unos años".

No se lo tengáis en cuenta. El nivel de grosería de un jefe de oposición que pierde todas las elecciones a las que se presenta (y que en su partido sólo gana alguien más a su derecha, como Mayor Oreja) al referirse a un presidente de gobierno no puede medirse con exactitud en verano. En verano, al parecer, podemos llamar mamarracho a Mariano Rajoy sin que se moleste, de la misma manera que él se refiere a Zapatero como "este", porque el espíritu está cachondo y juguetón, y todo lo perdona en la molicie vacacional.

Por eso le deseo al mamarracho éste, sin acritú, que tenga unas felices vacaciones. Y todos, de paso, con él.

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